sábado, 10 de abril de 2021

MENTALIDAD DE CRECIMIENTO



MENTALIDAD DE CRECIMIENTO
LA MEJORA SIEMPRE ES POSIBLE




    El cerebro, como todos sabemos es un órgano bastante complejo. También sabemos que trabaja haciendo continuas predicciones y utilizando por tanto patrones conocidos que él va creando. Las experiencias que tenemos hacen que vaya reorganizando estos patrones y predicciones de forma continua, esto es lo que nos permite aprender.

    Además, nuestro cerebro es plástico, esto quiere decir que es capaz de generar nuevas neuronas, por lo que permite desarrollar lo que Carol Dweck llama mentalidad de crecimiento. Esta mentalidad de crecimiento es lo que nos permite afrontar los retos ya que nos hace creer en nuestras posibilidades y habilidades personales.

    En uno de sus estudios, Jhon Hattie (2012), identificó y clasificó las 150 influencias más relevantes sobre el aprendizaje. Curiosamente, la primera posición correspondió a las expectativas del alumno, es decir a las creencias propias sobre su rendimiento académico. En nuestros alumnos y alumnas a veces vemos que su actitud responde a creencias como “soy muy malo para las matemáticas”, por ejemplo, o “nunca dibujaré bien”. ¡Qué triste!

    Y es que, han de haber sido muy negativas las experiencias pasadas para que un niño verbalice estas cuestiones. Todos estos ejemplos son representativos de lo que Carol Dweck llama mentalidad fija, en contraposición a la mentalidad de crecimiento que comentábamos anteriormente. Afortunadamente, la plasticidad cerebral nos permite mejorar los pensamientos que, a su vez, permiten mejorar el cerebro.

    Las creencias previas tanto de los alumnos como de los profesores, sobre su inteligencia condicionan la forma que tienen de afrontar los retos. Algunos creen que la inteligencia es fija y que debido a los determinismos genéticos no podemos hacer nada para cambiarla, mientras que otros creen que sí podemos desarrollarla y mejorarla mediante la Educación. Y esta diferente forma de entender la inteligencia repercute en el rendimiento académico del alumno.

La pregunta es: ¿Se puede desarrollar en los alumnos la mentalidad de crecimiento?


    Blackwell, Trzesniewski y Dweck (2007) realizaron un estudio con 99 alumnos de entre 12 y 14 años, que tenían un bajo rendimiento académico. Este estudio quería comprobar cómo podía afectar una intervención para promover la mentalidad de crecimiento en sus resultados académicos. Realizaron ocho sesiones de unos 25 minutos cada una, en las que se transmitía a los alumnos el funcionamiento del cerebro, se les contaba que este puede hacer nuevas conexiones neuronales y que ellos eran los responsables del proceso. Se les contaba que el cerebro es como un músculo, que se puede entrenar y fortalecer. También se realizaron debates y se contestaron a preguntas del interés de los alumnos.

    Los resultados fueron sorprendentes. Los alumnos del grupo que recibieron estas sesiones sobre el funcionamiento del cerebro mejoraron sus resultados académicos, a diferencia de los integrantes del grupo de control a los que se impartió un curso sobre memoria y cuyos resultados continuaron empeorando.

Por tanto, conocer cómo funciona el cerebro constituye un elemento motivador imprescindible.


    Pero también es fundamental la mentalidad del profesor. Cuando ellos muestran una mentalidad de crecimiento, son más proclives a animar al alumno, con consignas de ánimo como: “si trabajas, mejorarás” o “cambia un poco tus hábitos de trabajo y seguro que mejoras”.

    En cambio, los profesores con una mentalidad fija suelen ser incapaces de hacer salir de la zona de confort a sus alumnos justificando siempre sus malos resultados, haciendo creer que eso es lo que hay, no todos podemos ser buenos en tal o cual asignatura.

    Este es el camino directo hacia uno de los efectos más perjudiciales de la Educación: la inaceptable estigmatización o “etiquetado” del alumno.

Y hablando de los elogios ¿son buenos?

    Los estudios demuestran que cuando se elogia al alumno por su esfuerzo, atribuye el éxito al trabajo duro, disfruta de los nuevos retos y mejora su perseverancia ante la tarea y su resiliencia.

    Mientras que cuando se elogia al alumno por su capacidad o inteligencia, suele rechazar los nuevos retos que puedan cuestionar su capacidad por lo que disminuye su perseverancia y su resistencia al fracaso. Y no solo eso, sino que, en algunas ocasiones, busca otros compañeros con dificultades que le hagan acrecentar un falso ego y sentirse así mejor.

    Volviendo a la mentalidad de crecimiento, (Moser et al., 2011) midieron la actividad eléctrica cerebral cuando los alumnos se enfrentan a los errores por la dificultad de las nuevas tareas presentadas. Aquellos que tienen mentalidad fija, como huyen del error, prácticamente no muestran actividad eléctrica ante los nuevos retos, en comparación a aquellos que tienen una mentalidad de crecimiento que les hace perseverar, analizar el error y buscar formas de mejorarlo.





Implicaciones pedagógicas

    Podemos concluir que, explicar a los alumnos de cualquier edad que el cerebro es muy plástico y que nos permite un aprendizaje continuo, que somos capaces de generar nuevas neuronas o que las sinapsis se pueden fortalecer al aprender algo nuevo y hacernos más inteligentes es imprescindible.

    Y eso se podría hacer, por ejemplo, dedicando los primeros minutos de las primeras clases del curso para despertar la motivación inicial. De igual manera es obligación de profesor crear un clima emocional seguro en el aula en el que todos nos equivocamos, rectificamos, analizamos y aprendemos. No debemos coartar la creatividad de los alumnos. Es decir asumir el error con naturalidad.

    Elogiemos por el esfuerzo y no por la capacidad. El verdadero éxito radica en la mejora personal, no en la constante comparativa con los demás. Cada persona es única porque su cerebro es único. Además, los docentes hemos de tener siempre expectativas positivas sobre nuestros alumnos. En caso contrario, los propios mecanismos cerebrales inconscientes capaces de captar cualquier pequeño mensaje no verbal condicionarán nuestras relaciones con los alumnos en el aula.

    Y, sobre todo, centrémonos en el proceso, si solo valoramos los resultados los alumnos no disfrutan del proceso y no se centran en lo verdaderamente importante: el aprendizaje. Pero para ello, ha de ser un aprendizaje significativo, útil, en definitiva, cercano a la realidad y con aplicaciones prácticas directas en la vida cotidiana





Para saber más:

Blackwell, L. S. et al. (2007). “Implicit theories of intelligence predict achievement across an adolescent transition: a longitudinal study and an intervention”. Child Development 78 (1), 246-263.

Dweck, C. (2008). “Mindsets and math/science achievement”. Carnegie-IAS Commission on Mathematics and Science Education.

Dweck, C. (2012). Mindset: how you can fulfil your potential. Robinson.

Guillen, J.C (2017). Neuroeducación en el aula. Barcelona

Mora, F (2014). Neuroeducación. Alianza editorial. Madrid

Moser, J. S. et al. (2011). “Mind your errors: evidence for a neural mechanism linking growth mind-set to adaptive posterror adjustments”. Psychological Science 22 (12), 1484-1489.






María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia





viernes, 9 de abril de 2021

MARIA MONTESSORI. Su método

 



MARIA MONTESSORI. Una mujer extraordinaria




    Hablar de Maria Montessori es hablar de una mujer adelantada a su tiempo y quizás también al nuestro. Una mujer que sufrió la separación de su hijo, dos guerras mundiales, un “exilio forzoso” en otro país durante seis años, viviendo separada de su familia. Una mujer que vio su obra casi desaparecer en la Segunda Guerra y que vivió en sus carnes los prejuicios por ser mujer y científica. Aun así, siempre nos dejó una palabra de esperanza.

    Maria Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, Italia. A los cinco años se traslada a Roma con sus padres, Alessandro Montessori y Renilde Stoppani. A los 14 años entró en la Escuela de Ingeniería. Siempre se vio inclinada hacia las ciencias en lo que siempre recibió el apoyo de su madre. Su padre quería que ella fuese profesora, algo que Maria no deseaba en absoluto, entonces. En 1896 se gradúa en Medicina. Fue la tercera mujer italiana a formarse en esa carrera y la segunda a ejercer la profesión. En 1898 terminó la especialización de enfermedades nerviosas y mentales, lo que hoy equivaldría a psiquiatría. Entra en contacto con los trabajos de dos doctores franceses que la marcarían mucho: Itard y Seguin, que estudiaban materiales para el aprendizaje de niños sordomudos. En aquella época obtiene el cargo de profesora clínica psiquiátrica en la Universidad de Roma y crea un espacio para niños diagnosticados con retraso mental. Es allí que empieza con los primeros ejercicios de vida práctica y de materiales sensoriales. Los niños demuestran un espíritu de confianza en sí mismos, independencia y autodisciplina.

    También en 1898 los chicos, con quién había trabajado se presentan a un examen oficial al lado de niños normales y obtienen los mismos resultados que estos. Imparte conferencias sobre educación infantil. Con 28 años de edad, Maria Montessori defiende, en el Congreso de Maestras de Escuela Elemental en Turín, que los niños con retraso mental necesitan un ambiente con estímulos adecuados para su desarrollo. Es en ese congreso que, un médico pregunta a Montessori por qué ella se preocupa tanto con aquellos niños, que, según él, no son capaces de aprender. Al que ella contesta: “sí que pueden aprender, son ustedes que no les permiten”.

    El 6 de enero de 1907 abre las puertas aquel que sería el primero colegio Montessori del mundo, la Casa dei Bambini. Invitada por una constructora que estaba construyendo un conjunto habitacional en el barrio pobre de San Lorenzo, en Roma, Maria Montessori crea una pequeña escuela que estaba destinada a recibir los niños de los operarios que no tenían con quién estar mientras sus padres trabajaban y se dedicaban a romper y destruir las paredes de las casas.

    La idea era que fuera una sencilla escuela infantil. Para Maria Montessori, era la oportunidad de probar sus conocimientos aplicados con niños “anormales” en niños normotipicos. Montessori cortó las patas de las mesas y de las sillas, para que estuvieran al alcance de los niños. Dispuso los materiales en estanterías bajas al darse cuenta que los niños abrían el armario donde estaban guardados para utilizarlos. Ella incluso llevó mobiliario, cuadros y otros objetos de su propria casa para la escuela. Allí descubrió que los premios y castigos no son efectivos. Fue donde descubrió que los niños se concentraban, tranquilos y felices, deseando realizar su trabajo. Y también fue allí que ocurrió la explosión de la escritura, cuando Montessori decidió enseñar a los niños a escribir y a leer con materiales como las letras de lija y el alfabeto móvil, y los chicos se dieron cuenta de que podían leer por sí solos.

    La noticia llega a los periódicos italianos, y de allí, a los internacionales. Maria Montessori es invitada a impartir conferencias en Estados Unidos, invitada por Graham Bell y abre la primera escuela montessori en aquel país en 1912. La comunidad científica demuestra un gran interés por su pedagogía y, un año después, es creada la AMS, la asociación Montessori de Estados Unidos.

Maria Montessori en España

Es en el año de 1916 que Maria Montessori se muda a Barcelona. Ya tenía cuatro libros publicados, entre ellos “El Método de la Pedagogía Científica”. Anne Sullivan, profesora de Helen Keller, declara, sobre el libro que es un emocionante documento humano, un trabajo científico, una profecía y una luz a todos aquellos que se dedican a educar niños pequeños.

    Mientras la doctora vive en Barcelona, realiza varios viajes a Estados Unidos para dar conferencias. Publica, en 1922, “El Niño en Familia”. Recibe el título de doctora honoris causa en Inglaterra un año después y visita Argentina, en 1926, el único país sudamericano que ella conocería.

    A los 59 años, Maria y Mario Montessori crean la AMI, la Asociación Montessori Internacional. Siete años después, es obligada a dejar España por la guerra civil y se establece en Holanda.

Maria Montessori en India

En 1938, Montessori es invitada a dar un curso en la India por la Sociedad Teosófica. Volvería un año después, cuando acabaría como prisionera del ejército británico debido a la Segunda Guerra Mundial y tendría de quedar en India hasta 1946.

Durante su estancia allí, Maria Montessori se dedica a impartir cursos y desarrolla la educación para niños de 6 a 12 años. En 1946 vuelve a Italia. Un año después, daría un discurso en la UNESCO sobre la educación para la paz y, en 1949, fue nominada al Nobel de la Paz por primera vez. Montessori fue nominada tres veces al premio, pero nunca lo ganó.

Ya en 1950 ella publica “La Mente Absorbente del Niño”, su gran obra maestra, y “Educación para la Paz”. Su última aparición en público fue en 1952, cuando participa del Congreso Internacional Montessori en Londres. Fallece en Noordwijk, Holanda, al 6 de mayo de 1952 a los 81 años, víctima de un infarto cerebral, cuando estaba planeando un viaje a África.



Vamos a conocer algunas cosas importantes, desde mi punto de vista, para la educación y formación de los alumnos.



LOS CUATRO PLANOS DE DESARROLLO DE MONTESSORI



    Los cuatro planos de desarrollo es la fundamentación en que basa los ambientes preparados de los colegios Montessori. Es una idea que no es original de Maria Montessori pero que nos ayuda a comprender muy bien como ocurre el desarrollo humano al largo de la vida del individuo.

    Maria Montessori nos decía que los seres humanos pasaban por cuatro planos de desarrollo al largo de su vida, y que cada etapa duraba alrededor de seis años. Así tenemos el primer plano (de 0 a 6 años), el segundo plano (de 6 a 12), el tercero (de 12 a 18) y el cuarto (de 18 a 24).

    En cada período hay algo que nace y algo que muere, y también en cada uno existen unas características físicas y psíquicas distintas en cada etapa. Cada uno tiene su propio ritmo, pero todos pasamos por las mismas etapas.

    Cada una de esas etapas deberían desarrollarse al máximo para que la próxima también se desarrolle bien. Además, cada etapa se desarrolla sobre la base de la anterior.

    Los primeros seis años son la base, pero las demás también son importantes y debemos conocerlas para proporcionar al nuestro niño posibilidades de desarrollarse al máximo. Si todas las etapas se desarrollan bien, tendremos un adulto maduro, seguro, estable y responsable.

    Con esta imagen, Maria Montessori nos explicó cómo funcionan los cuatro planos de desarrollo. Las líneas rayadas son subetapas y los números en las puntas de los triángulos son los cúspides de los planos de desarrollo.

    Si observamos la imagen, veremos que las etapas de infancia y de adolescencia son representadas con el color rojo y la niñez y la edad adulta están representadas por el color azul. Eso es porque las etapas en rojo son momentos de creación del ser humano y las en azul, de desarrollo. Las etapas en rojo son más intensas, con muchísimos cambios físicos y psíquicos, y los azules son más tranquilos y con menos transformaciones.

    El primer plano de desarrollo está subdividido en dos subetapas: de 0 a 3 y de 3 a 6. Es la etapa más importante de la vida del hombre, la etapa de Mente Absorbente, cuando el bebé debe formarse a sí mismo. El niño tiene que formar a su ser individual y no está interesado en otras personas. Por medio de sus sentidos, el niño entra en contacto con el mundo que le rodea (período sensorial).


    El segundo plano de desarrollo, también conocido como etapa de la Mente Razonadora, es la etapa de 6 a 12 años, con su cúspide a los 9 años. El niño va hacia una vida intelectual, ya habla perfectamente su idioma y ya está totalmente formado físicamente. Es también cuando pierde los dientes de leche, su pelo se vuelve más lacio, y su cuerpo es más delgado, con largas piernas, pero es un niño fuerte. Ahora el niño ya tiene más claro lo que busca para ampliar su conocimiento; cuestiona lo que es bueno y lo que es malo, surge el pensamiento moral, y también surge la necesidad de conocer la sociedad y de estar en grupo. También está ávido por conocer conceptos más abstractos y es cuando explota la imaginación.

    Llegamos al tercer plano de desarrollo, que se corresponde a la adolescencia (de los 12 a los 18 años). Es un periodo de muchísimos cambios físicos que pueden causar inseguridad en los chicos. Además, es una etapa de gran desequilibrio, can cambios de humor y de ánimos. Ahora nace el individuo social, él es la sociedad, y tiene otras preocupaciones que suelen ser muy distintas del mundo académico (por eso es común que se observe una queda en las notas). Él o ella busca la independencia económica del adulto y un trabajo productivo, desea ser útil para la sociedad.

    Y finalmente el cuarto plano de desarrollo, de 18 a 24 años, la madurez; son jóvenes que son capaces de contribuir a la sociedad y se preocupan con la humanidad, sienten que tienen una responsabilidad con ella. Siente el deseo de auto-realizarse, ya puede aceptar las consecuencias de sus decisiones, conquista la independencia psicológica y económica y un equilibrio moral.

¿Por qué debemos conocer los cuatro planos de desarrollo?

No son solo los guías Montessori que deben conocer los cuatro planos de desarrollo; nosotros como padres, madres, abuelos, tíos, o como profesionales de la infancia debemos conocerlos para saber qué podemos proporcionar a nuestros niños y cómo debemos ser para que tengamos una relación feliz con ellos.

Sabiendo las características y necesidades de cada etapa podemos preparar nuestro ambiente preparado con aquello que el niño necesita en aquel momento y como adultos preparados sabremos cómo observar, qué buscar en ellos para poder ayudarles a tener el mejor desarrollo personal posible.

Por ejemplo, si tenemos un hijo que está en el primer plano debemos proporcionarle posibilidades de descubrir sus habilidades. Debemos permitir que suba unos peldaños solo (y no sujetarle por las manitas, como muchos lo hacen), que se ensucien, que conozcan el mundo real. Ya si tenemos un chico en el segundo plano, debemos tener una buena escucha, estar interesados en el Universo, ser un facilitador de conflictos, un adulto que le ayude a repensar cómo hacer su trabajo.

Es común que algunas personas digan que se sienten todavía en algún plano anterior al que le corresponde por edad; eso ocurre porque vivimos en una sociedad donde estamos en gran desequilibrio con nosotros mismos, una sociedad que no se importa con la infancia y la adolescencia y acaba causando adultos inmaduros e inestables.

Ambiente preparado, adulto preparado y niño equilibrado: el triángulo Montessori




    La propuesta educativa de Maria Montessori se basa en un triángulo, donde las dos puntas de abajo son representadas por el ambiente preparado y el adulto preparado; y el vértice sería el niño equilibrado. Así surge el triángulo Montessori; si proporcionamos un ambiente adecuado y un adulto amoroso, el niño llegará a ser un adulto amoroso también que trabajará para traer la paz.

El Ambiente Preparado

Un ambiente preparado es el espacio físico y psicológico hecho para dar al niño las oportunidades para aprender a través de su experiencia, construyendo, así, su personalidad.

El adulto es responsable por crear un ambiente seguro, rico y con oportunidades para que el niño pueda desarrollar su potencial.

El ambiente preparado es un lugar científicamente creado para responder a las necesidades físicas, intelectuales, sociales y espirituales del niño, donde pueda trabajar con libertad.

Es importante que el ambiente sea rico en respuestas, porque es el maestro para el niño. Debe ser adecuado a la exploración, orientación, orden, manipulación y repetición.

Un ambiente bien preparado y rico en estímulos es invaluable, ya que dará la oportunidad de que el niño la aproveche. Es el espacio donde el niño se desarrolla y debe ser adecuado a la etapa de desarrollo que está viviendo en aquel momento. Por eso es un espacio vivo, siempre sujeto a cambios.

El adulto crea un lazo entre el niño y él, y ese lazo es justamente el ambiente preparado Montessori.

Durante el período de Mente Absorbente (0 a 6 años), el ambiente debe ser bello, atractivo, con colores claros, ventanas bajas para que el niño pueda ver el lado de afuera; muebles también bajos, para que el niño pueda moverlos y utilizarlos con autonomía.

Encontraremos varias áreas, en el ambiente preparado del colegio Montessori: vida práctica, sensorial, lenguaje y matemáticas. Los materiales deben estar en buen estado y completos y solo hay un material para cada niño. La limitación es importante en Montessori; si pensamos en la naturaleza también las hay, y eso es lo que el ambiente debe reproducir.

En el ambiente preparado debe haber respeto, felicidad y relajamiento. Respetamos a los derechos y los trabajos de los demás y los niños aprenden que los materiales pertenecen a todos. Puede escoger trabajar con el que quiera (desde que ya sepa cómo utilizarlo), pero debe devolverlo a su lugar en la estantería una vez que termine de usarlo. Así, otro compañero podrá trabajar con el mismo después.

El Adulto Preparado

En los colegios Montessori no existen profesores, y sí guías. Y es exactamente eso que los adultos allí son: guías que ayudan al niño a encontrar su camino solos.

Montessori decía que nuestra obligación como adultos es deshacerse del orgullo y de la ira y saber humillarse y revestirse de caridad. “En esto consiste la preparación interior: el punto de partida y la meta”, decía.

La dirección que el guía debe dar es amorosa, aunque firme, debe estimular que el niño actúe con independencia, pero sabiendo que cuenta con su amor. Debe proteger el niño y el ambiente y proporcionar cohesión entre los niños.

No es una tarea fácil ser un Adulto Preparado. Es un trabajo que dura toda la vida, estamos siempre perfeccionándonos como adultos.

Es muy fácil caer en la tiranía y tratar al niño como nuestra propriedad. Nos vemos más fuertes y poderosos que los niños, porque somos físicamente más fuertes y tenemos más experiencia, pero no es por eso que somos mejores que ellos. Porque es el niño que forma al hombre.

El adulto no acepta cuando el niño tiene razón y él no, tampoco acepta que el niño tenga voluntad propia, que quiera seguir su maestro interior. El adulto desea ser obedecido. Y es ahí que surge el conflicto, que debemos evitar. La obediencia, decía Montessori, es la consecuencia de la relación del adulto preparado con los niños. Viene de forma natural, porque el niño que ama, obedece.

La obligación del adulto es confiar en el niño y en su trabajo. Si de verdad confiamos, no interrumpiremos a los niños, y así él podrá realizar su obra. Por supuesto eso no es fácil, requiere paciencia, observación y mucho auto conocimiento.

También es necesario esperar al niño y saber atraerlo, sin órdenes o exigencias. Maria Montessori decía que debemos seducir al niño, y eso tampoco es fácil o rápido de aprender, requiere mucho tiempo y que nos conozcamos mucho.

El adulto preparado debe observar al niño-a siempre, de manera detallada, pero sin juzgar; el objetivo de la observación es conocer al niño y aprender qué debemos ofrecerle.

Maria Montessori afirmaba que el niño es el constructor de la humanidad. Su trabajo es formarse a sí mismo para contribuir a la sociedad. Lo que ocurre es que el adulto, muchas veces, no permite que el niño realice ese trabajo. En el momento que el pequeño aprende a andar y a explorar, estamos pendientes de que rompa algo o que se haga daño, y no entendemos que, aunque con buenas intenciones, estamos estorbando al trabajo del niño.

Ahí aparece el primer conflicto entre adulto y niño – y si el adulto persiste en ese comportamiento puede, causar una desviación en el chico. Puede que, por estar siempre siendo impedido de moverse con libertad, llegue a ser una persona con movimientos desordenados. O puede que sea irritable. O sumisa.

Por otro lado, el adulto permisivo, que permite todo al niño, tampoco le ayuda. Muchas veces lo que se consigue es un niño caprichoso, lo que Maria Montessori llamaba “prisionero de su voluntad”.

Al largo de los años en que Montessori observó a los chicos en el ambiente preparado. Trabajando observó que ocurría un fenómeno al cual ella dio el nombre de normalización: los niños se volvían más tranquilos, serenos, con movimientos controlados, con un gran poder de concentración. Perdían el interés en los juguetes y preferían trabajar con los materiales. Los niños dejaban de discutir para cooperarse unos con los otros. Ese fenómeno ocurría con todos los niños y niñas que entraban para el colegio Montessori por medio del trabajo.

Así que, un niño en un ambiente correctamente preparado, y con un adulto igualmente preparado para ella, realizará el trabajo que su ser necesita y la consecuencia será un niño equilibrado (o normalizado). El niño equilibrado desarrolla sus periodos sensibles y sus tendencias humanas al máximo y llegará a ser un adulto tranquilo, justo, amoroso y bueno, que hará del mundo un lugar mejor y en armonía.




María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia













domingo, 4 de abril de 2021

IMPORTANCIA DEL SUEÑO

 


IMPORTANCIA DEL SUEÑO



    Dormir un número de horas suficiente es fundamental para un correcto funcionamiento cerebral. Durante el sueño nuestro cerebro consolida las memorias más importantes y hace su propio mantenimiento, elimina los productos tóxicos generados mientras estamos despiertos y limpia, entre otras cosas, el beta-amiloide, el material de las placas seniles, una de las características distintivas de la enfermedad de Alzheimer.


    El cerebro funciona a base de ondas cerebrales, dependiendo de cómo sean estaremos en vigilia o en sueño. Y una vez que estemos en sueño, la actividad eléctrica también irá variando según la fase de sueño en la que nos encontremos.

Se distinguen varias etapas en el sueño:

1.- SUEÑO no REM (NREM). Se divide en cuatro etapas:

· La etapa I, de somnolencia o adormecimiento, en que tiene lugar la desaparición del ritmo alfa del EEG (típico del estado de vigilia), hay tono muscular y no hay movimientos oculares o, si los hay, son muy lentos. En ella son muy frecuentes los despertares y las sensaciones de “caída”. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece.

· La etapa II - III, de sueño ligero, se caracteriza por una disminución aún mayor del ritmo electroencefalográfico, con la aparición de los típicos husos de sueño, fenómenos de los que es responsable el núcleo reticular del tálamo; sigue existiendo tono muscular, y no hay movimientos oculares. La etapa III es la etapa del sueño en el que realmente descansamos y en el que, si nos despertáramos, nos sentiríamos confusos. En esta fase las ondas cerebrales predominantes son la delta. Es donde generalmente se dan trastornos de sueño como el sonambulismo, terrores nocturnos y mojar la cama.

· La etapa IV, de sueño profundo, presenta un ritmo electroencefalográfico menor, no hay movimientos oculares y el tono muscular se mantiene o puede estar muy disminuido. En la instauración de esta fase del sueño intervienen, entre otras estructuras, la corteza prefrontal y el núcleo dorsomedial del tálamo. Es la fase del sueño más reparadora. Hay movimientos organizados del dorso; el individuo da vueltas en la cama, cambia de postura. Esta fase dura aproximadamente un 25% del total del tiempo del sueño. Aquí es donde nos encontramos profundamente dormidos y nos hace descansar tanto física como psíquicamente. Aunque no es la fase en la que soñamos, nos podemos encontrar con imágenes, con la diferencia de que nunca son historias.


2.- SUEÑO REM:

    Esta etapa es la de sueño paradójico, que se caracteriza por una actividad EEG que recuerda al estado de vigilia (por eso se habla de sueño paradójico), debida a una activación cortical por parte de estructuras encefálicas profundas, como es la formación reticular activadora. Fue descubierto por Kleitman y Aserinsky, junto con Dement , en los años cincuenta del siglo pasado. Hay una desincronización del EEG, que se asemeja a una situación de vigilia, de alerta. Se observan movimientos oculares rápidos (también se habla de sueño MOR, de movimientos oculares rápidos o sueño REM, de rapid eye movements), dependientes de la actividad de estructuras profundas tales como la formación reticular pontina. Se produce una atonía (desaparición del tono muscular), de lo que son responsables estructuras como la formación reticular bulbar, el locus coeruleus, etc. El músculo diafragma sigue manteniendo el tono, y contrayéndose, permitiendo la respiración. es la etapa en la que soñamos en forma de historia. En este momento el tono muscular no existe (por eso cuando queremos gritar en un sueño, no podemos).
Las ondas cerebrales predominantes son las theta. En esta etapa, las ondas cerebrales son como cuando una persona está despierta, por lo que, el ritmo cardíaco y la presión aumenta, al igual que el movimiento de los ojos y a la vez, los músculos se paralizan. En este momento es cuando soñamos y si nos despiertan, los recordamos.


    La fase de sueño REM constituye un 25 % del sueño total. En el recién nacido, el sueño REM constituye el 50% del tiempo total de sueño. El tiempo de vigilia va aumentando con la edad, cada vez se duerme menos, y cada vez hay menos sueño REM. Sólo existe sueño REM en los mamíferos, excepto el conejo macho, el oso hormiguero y el delfín de nariz en botella. Parece ser, en líneas generales, que el sueño paradójico se produce, filogenéticamente, cuando la corteza cerebral está más desarrollada. De la instauración del sueño REM es responsable el tronco del encéfalo, concretamente un grupo de neuronas que también descargan en la vigilia (el centro nodal es el núcleo reticular pontino oral, cuyas porciones ventral y paramediana reciben conexiones de múltiples estructuras relacionadas con el control del ciclo vigilia-sueño), produciendo una activación de los sistemas colinérgicos.





Aspectos importantes, que deberíamos conocer:

    Las fases de sueño NREM y REM se alternan sucesivamente, cuatro a cinco veces por la noche. En total, la fase de sueño NREM dura unas 6 horas; y la fase de sueño REM, dos horas, por término medio. Es más fácil despertar al sujeto en la fase de sueño REM que en la fase NREM. Los medicamentos antidepresivos reducen el sueño REM y las benzodiacepinas acortan o suprimen las fases III yIV.

    La función psicológica que más consenso ha despertado ha sido que el sueño REM consolida nuestra memoria y que la recuperación de nuestros recuerdos es más efectiva después de un buen sueño. Y podemos afirmar que el sueño actúa sobre nuestra memoria emocional activando los circuitos cerebrales asociados a la emoción, como la amígdala y el sistema límbico y desactivando el control consciente de la corteza frontal y la entrada y salida de estímulos desactivando partes del tronco cerebral.
    Un sueño discontinuo rebaja sensiblemente nuestro estado de ánimo. Dormir es la medida más eficaz para resetear y renovar la salud de nuestro cerebro y el resto de nuestro cuerpo cada día.
    La cantidad de horas de sueño que necesitamos varía con la edad. Parece que los adolescentes necesitan más horas y es raro que las duerman. Puede que parte de su malhumor, la dificultad para concentrarse, esa sensación de no aguantarse ni a sí mismos venga de una falta de sueño. 


    El último siglo de urbanización, industrialización y progreso tecnológico ha sido un desastre para nuestros patrones de sueño. Un claro culpable es Thomas Edison: no tenía suficientes horas de día para todo lo que quería hacer, así que «fabricó» más. La bombilla eléctrica es el elemento clave de una nueva sociedad caracterizada por dormir menos de lo necesario. Y no solo es importante el número de horas de sueño, sino que necesitamos un tiempo continuo, que nos permita entrar en el sueño no-REM, en el que se realizan esas actividades de mantenimiento. Si nuestro sueño se interrumpe, no tenemos tiempo suficiente para realizar las actividades restauradoras de la noche y podemos sufrir alteraciones en nuestros procesos cognitivos y emocionales. Un sueño discontinuo rebaja sensiblemente nuestro estado de ánimo. Dormir es la medida más eficaz para resetear y renovar la salud de nuestro cerebro y el resto de nuestro cuerpo cada día.
    Entre las cosas que la ciencia ha descubierto, está que el efecto de la falta de sueño es inmediato. Un estudio en el que participó un grupo de jóvenes a los que solo se les permitía dormir cuatro horas mostró efectos medibles en su sistema inmunitario al día siguiente. Concretamente, los participantes sometidos a privación de sueño presentaban una caída de un 70% en una población clave de células anticancerígenas, las NK o «natural killers». Además, los problemas de sueño contribuyen a la obesidad, la diabetes, el cáncer e incluso generan muertes prematuras. Las personas que tienen 45 años o más y que duermen menos de seis horas por noche tienen un porcentaje triple de sufrir un infarto o un ictus que aquellos que duermen lo suficiente. El sueño con sedantes no es la solución, sus efectos son similares a dormir mal, pero pueden tranquilizar a la persona afectada y ser el camino hacia una recuperación. Conseguir dormir un número de horas suficiente debe ser una prioridad.
    La respuesta puede estar en nuestros horarios, nuestra habitación, nuestra agenda diaria o mil problemas más. Algunas veces hace falta un tratamiento médico, un ejemplo es tratar la apnea del sueño, un trastorno en el que las personas afectadas muestran interrupciones breves de la respiración mientras duerme, incluso varios cientos en la misma noche. Tratar los problemas del sueño, como la apnea, en personas de edad avanzada mejora de una forma significativa la función cognitiva en los pacientes de alzhéimer y retrasa el inicio de esta enfermedad en los que no la sufren en unos diez años. Por tanto, parece interesante, en particular para los que dormimos poco, priorizar el sueño y apostar por una vida más larga y saludable.

    Diversos grupos de investigación están estudiando cómo ayudarnos a dormir más y mejor. David Rose y su grupo del Media Lab del MIT están investigando hamacas, aromas como la lavanda, mantas con pesos para inducir la sensación de estar envuelto y cuentos de hadas islandeses. Todo ello para intentar encontrar el ambiente nocturno perfecto.

    Hugo Mercier, un ingeniero informático de París, ha recaudado diez millones de dólares para estudiar una banda para la cabeza que induce el sueño. Otro aparato, diseñado por el australiano Ben Olsen, emite un sonido para mantenerte despierto la hora previa a irte a la cama. Parece que las interrupciones del sueño antes de dormir evitan la alteración del sueño cuando sí que toca. No es su primer invento, este emprendedor ha diseñado un par de gafas con luces incorporadas que están diseñadas para cambiar nuestro ritmo circadiano y solucionar problemas como el jet-lag. Aparentemente ha vendido 30.000 pares desde que las puso a la venta en 2012. Incluso algunas empresas como Nike and Google han prestado atención a los patrones de sueño de su plantilla. Han flexibilizado los horarios atendiendo a que hay gente madrugadora y trasnochadora (alondras y búhos los llaman en inglés) y han acondicionado zonas y mobiliario en las oficinas para poder dar una cabezada si hace falta.


Algunas sugerencias prácticas:


· Intenta asegurarte de que dispones de ocho horas de tranquilidad en la cama para tener un sueño reparador suficiente.

· Sé regular. Vete a la cama y levántate siempre a la misma hora, pase lo que pase. No cambies si has tenido una mala noche ni si es fin de semana. La hora de salir de la cama es la más importante porque es la que va a marcar tu ritmo circadiano durante el día y va a determinar cuándo sientes que es hora de dormir.

· Baja la temperatura. Tu cuerpo necesita reducir su temperatura en aproximadamente 1,2 grados para iniciar el sueño. Esa es la razón por la que nos resulta más fácil caer roques en una habitación donde hace frío que en una donde hace demasiado calor. Una temperatura de 18,5 º se considera óptima para el dormitorio; es decir, más frío de lo que pensaríamos normalmente

· Reduce la luz. Disminuye la iluminación antes de irte a dormir. Apaga tantas luces como puedas de manera que no interfieran en la producción natural de la melatonina, la hormona del sueño, que se empieza a sintetizar al ir atardeciendo y disminuyendo la luz solar. Unas buenas persianas o unas cortinas tupidas también pueden ayudar a que la luz no te desvele.

· Apaga las pantallas. Las pantallas de tabletas y teléfonos móviles generan luz azulada de corta longitud de onda, que reduce la producción de melatonina. Por tanto, nada de artilugios electrónicos en la hora previa a ir a la cama. Es otro motivo para preferir un libro en papel a un lector electrónico. Un iPad reduce la producción de melatonina en más de un 50% .


· Levántate. Si no consigues dormir, no te quedes dando vueltas en la cama un tiempo prolongado (más de veinte minutos). Mejor levántate y haz algo tranquilo y relajante hasta que vuelvas a tener ganas de dormir.

· Evita la cafeína después de comer y el alcohol desde la tarde. Nunca te vayas a la cama con un «puntito». El alcohol es una sustancia depresora y estar sedado no es dormir. El alcohol también bloquea el sueño REM y hace que abras el ojo varias veces a lo largo de la noche. Además, el alcohol hará que despiertes con sensación de malestar, de no haber descansado lo suficiente durante la noche. Además, por si fueran pocos todos los motivos que tenemos para no beber durante el embarazo, el sueño añade uno más: una copa de vino inhibe temporalmente el sueño REM del feto. ¡Déjale dormir o se vengará cuando nazca!

· Ejercicios rítmicos, como golpear las piernas empezando con ritmo más ligero hasta un ritmo lento seguido de respiraciones profundas.




Para saber más:


Bibliografía:


· Green P (2017) Sleep Is the New Status Symbol. The New York Times 8 de abril 
· Kamp D (2017) Exploring the necessity and virtue of sleep. The New York Times 10 de octubre.

· Lugaresi E, Omicini L. El sueño, los sueños, un mundo misterioso. EUNSA. Pamplona, 1999. [ Links ]

· Purves D, Augustine GJ, Fitzpatrick, D, Katz, LC, LaMantia, AS and McNamara, J. Invitación a la neurociencia. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 2001. [ Links ]

· Walker M (2017) Top tips to get a better night’s sleep and improve your health. New Scientist 11 de octubre. 












viernes, 2 de abril de 2021

MEMORIA Y APRENDIZAJE


LA MEMORIA Y EL APRENDIZAJE


    El aprendizaje es un proceso activo, que conlleva cambios en el cerebro. Cuanto más trabajamos un contenido, mejor permanece en la memoria. Incluso nuestra identidad personal viene determinada por lo que aprendemos y lo que recordamos, por lo que la memoria constituye un recurso fundamental del ser humano que nos hace inteligentes y nos permite compartir y transmitir la cultura.

    Como vemos, la memoria, es de vital importancia, digan lo que digan en algunos círculos sociales, influenciados por determinadas corrientes. En el estudio de la memoria vemos que no se trata de un solo tipo de memoria, por el contrario, podemos diferenciar varios tipos de memoria y por tanto distintos lugares donde se lleva a cabo en el cerebro. La neurociencia nos ha aclarado muchas dudas al respecto. Conocer cuales son los mecanismos de la memoria nos va a facilitar un buen aprendizaje, en todos los aspectos del desarrollo integral de los individuos. Vamos a conocer un poco más sobre la memoria y sus tipos.


TIPOS DE MEMORIA

    La memoria se puede clasificar, atendiendo a cómo se almacena y recuerda la información, según esta consideración tenemos:


1.- La memoria explícita, hace referencia al almacenamiento de información de hechos generales (memoria semántica) y sucesos determinados de nuestra vida (memoria episódica). Son recuerdos conscientes que pueden describirse con palabras y es a este tipo de memoria al que suele referirse la gente cuando habla de memoria.

Ejemplo: Para poder resolver un problema matemático complejo se requiere memoria explícita porque necesitamos mayor flexibilidad y aprendizaje relacional.


2. La memoria implícita, hace referencia a los recuerdos inconscientes y adopta la forma de hábitos, estrategias perceptivas o motoras y condicionamiento asociativo o no. Se expresa de forma automática y es difícil de verbalizar.

Ejemplo: Para poder aprender un idioma extranjero requerimos memorias implícitas pues el aprendizaje se da mediante hábitos.



Figura 1. Almacenamiento de la memoria explicita e implícita


    Otra clasificación de la memoria, tiene como referencia el plazo, es decir la cantidad de tiempo que podemos recordar la información, según esta consideración tenemos:

1.- La memoria a corto plazo. Esta nos permite almacenar una cantidad limitada de información durante un breve periodo de tiempo.

2.- La memoria de largo plazo o permanente. Esta nos permite almacenar mucha información durante un tiempo indefinido.



Figura 2. Esquema memorias a corto y largo plazo



“Memoria de trabajo” Un caso particular de la memoria a corto plazo.


    La memoria de trabajo es una forma de memoria de corto plazo que permite retener pequeñas cantidades de información durante breves periodos de tiempo mientras realizamos actividades como leer, conversar o pensar.

    En ella, interviene la percepción y la fijación final de memorias explícitas, posibilita guardar y manipular información en tiempo real y nos permite resolver problemas inmediatos. Podríamos decir que la memoria de trabajo es el lugar en el que se da la consciencia y la reflexión, donde combinamos ideas y las podemos transformar en novedosas y creativas.

    El problema reside en que para que la información se almacene en la memoria de largo plazo debe estar cierto tiempo en la memoria de trabajo y sabemos que su espacio es limitado. Una buena receta para luchar contra el olvido, como ya sabemos, es la práctica continua. Además, la forma como reflexionamos sobre la experiencia, y la atención que prestamos a la misma, determinan si la información será retenida o no.

    Se ha comprobado que cuando funciona la memoria de trabajo se activa la corteza prefrontal. Esta zona del cerebro está relacionada con la planificación y la toma de decisiones, lo que llamamos funciones ejecutivas. Estas funciones ejecutivas continúan hasta la adolescencia.



“Memoria y emociones “y su papel en la memoria a largo plazo.

    Ya está suficientemente estudiado que el clima emocional vivido es determinante en la consolidación de los recuerdos, en definitiva, la memoria a largo plazo. Creo que a todos no se nos olvidarán nunca los atentados en Madrid o la caída de las torres gemelas en Nueva York.

    En un estudio realizado por Erk et al. (2002), utilizando la técnica de la resonancia magnética funcional, se investigó cómo afecta el contexto emocional al proceso de memorización. Se presentó a los participantes una fotografía que generaba emociones positivas, negativas o neutras y, a continuación, palabras que debían memorizar. El resultado fue que las palabras mejor recordadas eran las asociadas al contexto emocional positivo

Imagen emociones y memoria



Además, se activaban regiones cerebrales distintas (ver imagen): el hipocampo en un contexto emocional positivo (d), la amígdala en uno negativo (c) y el lóbulo frontal en uno neutro (b).

    Estos resultados muestran la relación directa existente entre cognición y emoción. Como tantas veces hemos comentado, el estudio y la escuela necesitan que prevalezcan las emociones positivas.



PECADOS DE LA MEMORIA EN EL AULA

    Daniel Schacter (2011), uno de los investigadores punteros sobre el funcionamiento de la memoria, en su obra fundamental “ Los siete pecados de la memoria”, sobre los errores memorísticos, identifica siete “pecados” o defectos de funcionamiento de la memoria que se producen con frecuencia en la vida cotidiana. Como el propio autor sugiere, más que defectos asociados al propio diseño de la memoria, hay que entenderlos como adaptaciones producidas por la selección natural que permiten que la memoria sea un sistema fiable, aunque en ocasiones puede fallar.

Vamos a ver los siete pecados de los que nos hable Schacter:

1. Transitoriedad: Olvido producido por el paso del tiempo.

Ejemplo: “Pensaba que recordaba la explicación del profesor de la semana pasada sobre el experimento realizado, pero he olvidado parte del material utilizado”.

2. Distractibilidad: Olvido por falta de atención en lo que hemos de recordar.

Ejemplo: “No sé dónde he dejado el libro de matemáticas”.

3. Bloqueo: Supone una frustrada búsqueda de información que nos consta que sabemos (tener algo “en la punta de la lengua”).

Ejemplo: “Me he quedado en blanco en la primera pregunta del examen y he recordado la respuesta cuando ya lo había entregado”.

4. Atribución errónea: Se asigna un recuerdo a una fuente equivocada.

Ejemplo: “Creía que la Crítica de la razón pura era una obra de Hume”.

5. Sugestibilidad: Alude a la tendencia a incorporar información engañosa de fuentes externas.

Ejemplo: “El profesor me pidió que relatara la historia relativa al día que me perdí en una excursión cuando era pequeño. Al llegar a casa expliqué los detalles comentados en clase. Sin embargo, mi madre me dijo que yo no era el alumno que se perdió sino mi amigo íntimo”.

6. Propensión: Cómo influyen nuestras tendencias en los recuerdos que almacenamos.

Ejemplo: “Para resolver el problema hay que hacer una suma porque siempre sumamos en los problemas”.

7. Persistencia: Conlleva el recuerdo de cosas que nos gustaría olvidar.

Ejemplo: “No puedo olvidar aquel profesor que se burlaba de mí delante de los compañeros”.



IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS

¿Cómo aprender?

    El aprendizaje puede ser explícito o implícito. En el primer caso, somos conscientes de lo que aprendemos y en el segundo no. En la práctica conviene utilizar ambas estrategias para optimizar el aprendizaje. Los docentes sabemos que a menudo se hacen explícitos conocimientos implícitos.

¿Cómo mejorar la memoria de trabajo?

    Podemos mejorar la memoria de trabajo agrupando la información para que ocupe menos espacio o mejorando su eficiencia. En el primer caso, se requiere el conocimiento de hechos y datos debido a que la adquisición de cultura facilita la reflexión y cuando reflexionamos sobre algo es más fácil retener la información. En el segundo caso, necesitamos automatizar los procesos que utilizamos para llevar información a la memoria de trabajo. La práctica continuada aumenta la duración del recuerdo y permite progresar.

Ejemplo: La práctica del cálculo aritmético de los niños les permite mejorar en la resolución de problemas que requieren operaciones de cálculo.

    Hemos de asumir que olvidamos la mayor parte de lo que aprendemos. Basta pensar en la gran cantidad de contenidos que estudiamos en la etapa escolar y la rapidez con que hemos olvidado muchos de los mismos

¿Aprender “de memoria”?

    El aprendizaje no puede basarse en la memorización de una serie de reglas aburridas que desvirtúen la comprensión global y que no muestren un sentido ni una relación con otros contenidos. Los niños necesitan ejemplos adecuados que permitan llegar a las reglas.

    Es imprescindible que en el proceso de aprendizaje haya reflexión y comprensión, pero, para ello, se necesitan los conocimientos previos o el soporte cultural sobre el que se asiente el aprendizaje posterior. Resulta perjudicial obligar al aprendizaje de memoria cuando es posible otra forma de aprendizaje, aunque es indudable que los alumnos han de conocer determinadas informaciones de memoria.

Ejemplo: El niño que no haya aprendido de memoria la tabla de multiplicar seguramente tendrá dificultades en la resolución de problemas aritméticos.

    No obstante, no es lo mismo memorizar literalmente que integrar nuestra memoria en la resolución de problemas cotidianos, no sólo académicos. La optimización del aprendizaje requiere entrenamiento, es decir, la repetición apropiada que permita la automatización y consolidación de hábitos adecuados. Cuando la información es significativa se facilita el proceso. Y no olvidemos que la atención, la motivación y la implicación emocional nos permiten memorizar y aprender mejor. El docente desempeña un protagonismo principal en la facilitación de estos factores.

Aquí tenéis un video muy interesante...






Maria Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia



Bibilografía

Guillén, J. C ( 2017) Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica. Créate Space
Erk, S. et al. (2003): “Emotional context modulates subsequent memory effect”. Neuroimage, 18.

Schacter, D. ( 2011) Los siete pecados de la memoria, Ariel.

Para saber más:

-Blakemore, Sarah-Jayne, Frith, Uta, Cómo aprende el cerebro, las claves para la educación, Ariel, 2011.

-Morgado, Ignacio (2005), “Psicobiología del aprendizaje y la memoria”. Cuadernos de Información y Comunicación,10. Universidad Complutense de Madrid.

-Jensen, Eric, Cerebro y aprendizaje: competencias e implicaciones educativas, Narcea, 2004.

-Ortiz, Tomás, Neurociencia y educación, Alianza Edtorial, 2009.

-Marina, José Antonio, El cerebro infantil: la gran oportunidad, Ariel, 2011.

-Entrevista a Ignacio Morgado en la que habla sobre la memoria y el aprendizaje: ver