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lunes, 20 de septiembre de 2021

HABLEMOS DE EMOCIONES

 


HABLEMOS DE EMOCIONES




"El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. Y el sol, la luna y las estrellas. El fuego y el rayo y el viento están allí. Y todo lo que es y lo que no es."


                                                                                                Los Upanishads (s. IV a C.)


    Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro estado de ánimo, influyendo decisivamente en nuestra conducta y en la manera en cómo nos relacionamos con los demás. Pero ¿Qué son las emociones? ¿Hay que educar las emociones? ¿Cómo se educan las emociones? Numerosos descubrimientos científicos sobre el procesamiento de las emociones demuestran la importancia de conocer el mundo emocional para posibilitar al ser humano un nivel adecuado de bienestar tanto físico como mental. Ya se sabe que ser inteligente no garantiza el éxito en la vida ni facilita la felicidad.

    Son otras habilidades emocionales y sociales las que nos ayudan a conseguir estabilidad emocional y mental, satisfacción en nuestras relaciones y adaptación al entorno.. Esta es una tarea a la que padres y maestros se deben enfrentar juntos con el fin de desarrollar en sus hijos/alumnos una serie de habilidades emocionales que les resulten útiles en todos los ámbitos de su vida, presente y futura y esas habilidades se pueden aprender, por ejemplo, a través de los cuentos No existen mapas ni guías para recorrer este territorio pero si pistas capaces de indicarnos por donde transitar y cómo orientar de forma adecuada a nuestros alumnos. Si la educación se orienta hacia el desarrollo integral del ser humano, debería atender de forma equilibrada tanto a su dimensión cognitiva como a su dimensión emocional. Sin embargo constatamos un cierto déficit en los aspectos relacionados con la educación de las emociones que se debería abordar en todas las etapas educativas, comenzando preferentemente en la educación infantil. Pero el mundo de las emociones es un territorio difícil de explorar si no se cuenta con materiales adecuados y sobre todo una gran dosis de delicadeza y respeto, aspectos imprescindibles cuando nos acercamos al mundo interior del niño.

    ¿Qué son las emociones? 

    Podemos definir la emoción como una “ reacción que se vivencia como una fuerte conmoción del estado de ánimo; suele ir acompañada de expresiones faciales, motoras, etc.. y surge como reacción a una situación externa concreta, aunque puede provocarla también una información interna del propio individuo “.

    Las emociones son fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro elementos: cognitivo (Cómo se llama y que significa lo que siento), fisiológico (qué cambios biológicos experimento), funcional (hacia donde dirige cada emoción mi conducta) y expresivo (a través de que señales corporales se expresa).

    Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado de ánimo que experimentamos casi sin darnos cuenta. Es una reacción que se vivencia como una fuerte conmoción y que nos impulsa a actuar de una determinada manera. Suelen ir acompañadas de expresiones faciales, motoras, cambios en el tono de voz y determinadas reacciones fisiológicas. La experiencia emocional implica también una excitación fisiológica en un grado de intensidad diferente en cada persona y el estímulo que la provoque. Cada vez que sentimos una emoción al torrente sanguíneo le llegan hormonas diferentes, por esta razón las emociones influyen en nuestro cuerpo y por consiguiente en nuestro estado de salud. Las emociones pueden ser provocadas por situaciones externas o informaciones internas de la propia persona; los estímulos externos son fácilmente observables pero los internos, no; un recuerdo, por ejemplo, puede hacer que nos sintamos tristes pero, aunque los demás se den cuenta de lo que sentimos, no saben por qué fue provocado. 

    Podemos clasificarlas en positivas o negativas en función de cómo nos hacen sentir; las emociones positivas nos proporcionan bienestar y seguridad personal, como es el caso de a alegría, la calma, el amor, y las negativas son aquellas que nos producen un estado de tensión o negatividad, disgusto o insatisfacción personal, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, etc. Las diferencias individuales en la vivencia de las emociones tiene dos orígenes: la herencia y el medio. La interacción entre ambos elementos es lo que configura las experiencias emocionales de las personas individuales. La herencia produce unos esquemas de comportamiento emocional que queda reflejado en lo que llamamos temperamento. Sin embargo la influencia del entorno es fundamental, sobre todo en los primeros años de vida y en el ámbito familiar, lo que va configurando el carácter particular de cada persona. Por eso la educación emocional proporciona experiencias y vivencias al alumnado que modelan su tendencia genética y le ofrecen recursos para aprender a conocer y manejar sus emociones. 

    Las personas vamos configurando unos esquemas emocionales basados en parte en nuestras experiencias a lo largo de la vida y en parte en el temperamento. Estos esquemas constituyen la esencia de las diferencias individuales, y en ellos se basan los estilos de respuesta emocional que caracterizan a cada uno de los alumnos. Esto lo podemos observar todos los días en el aula: lo que a un alumno le asusta a otro le fascina y le parece un reto interesante; lo que a uno le enfada, a otro le produce tristeza; la propuesta que a uno le hace protestar, a otro le deja en la más absoluta apatía.

FUNCIONES DE LAS EMOCIONES


    Según Francisco Mora (Mora 2008), las emociones cumplen muchas y variadas funciones que se podrían resumir en siete apartados:

1º Las emociones sirven para defendernos de estímulos nocivos (enemigos) o aproximarnos a estímulos placenteros o recompensas (agua, comida, juego, etc..) que mantengan la supervivencia. En este sentido, las emociones son, además, motivadoras, es decir, nos mueven o empujan a conseguir lo que es beneficioso para el individuo y la especie o a evitar lo que es dañino.

2º Las emociones hacen que las respuestas del organismo (conducta) ante acontecimientos (enemigos o alimento) sean polivalentes y flexibles. Son reacciones que ayudan a encontrar no una única respuesta fija ante un determinado estímulo (como es un reflejo), sino que bajo la reacción general de alerta, el individuo escoge la respuesta más adecuada y útil entre todo el repertorio posible. No podemos prever cómo vamos a reaccionar si nos intentan atracar, pues, aunque hayamos tenido ya una experiencia de este tipo, las circunstancias pueden ser diferentes, lo que nos lleva a reaccionar de forma distinta. Si en un primer atraco, dimos todo el dinero al atracador, igual ahora nos negamos a ello o incluso somos capaces de agredir al atracador, salir corriendo o gritar. De esta manera, las emociones y los sentimientos dotan de más versatilidad a la conducta, y ello es de más utilidad para la supervivencia del individuo y de la especie.

3º Las emociones sirven a las funciones de los puntos anteriores alertando al individuo como un todo ante un estímulo específico. Tal reacción emocional incluye la activación de múltiples sistemas cerebrales (sistema reticular, atencional, mecanismos sensoriales, motores, procesos mentales), endocrinos (activación suprarrenal medular y cortical y otras hormonas), metabólicos (glucosa y ácidos grasos) y en general, la activación de muchos de los sistemas y aparatos del organismo (cardiovascular, respiratorio, etc… con el aparato locomotor y músculo estriado como centro de operaciones).

4º Las emociones mantienen la curiosidad y con ello el interés por el descubrimiento de lo nuevo. De esta manera ensanchan el marco de seguridad para la supervivencia del individuo y le llevan a explorar lo desconocido.

5º Las emociones sirven como lenguaje para comunicarse unos individuos con otros (de la misma especie o de especies diferentes). Es una comunicación rápida y efectiva. En el ser humano, el lenguaje emocional es también un lenguaje básico entre los miembros de una misma familia o entre los miembros de una sociedad determinada. Ello, además, crea lazos emocionales que pueden tener claras consecuencias de éxito tanto para la supervivencia física como para la social.

6º Las emociones sirven para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se le escapa que todo acontecimiento asociado a un episodio emocional, tanto si este tuvo un matiz placentero o de castigo (debido a su duración o a su significado), permite un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido. Y eso tiene claras consecuencias para el éxito biológico así como para el social del individuo.

7º Las emociones y los sentimientos son unos mecanismos que juegan un papel importante en el proceso de razonamiento. Los conceptos abstractos creados por el cerebro, los procesos cognitivos en general, se crean en las áreas de asociación de la corteza cerebral con información que ya viene impregnada de colorido emocional, con la etiqueta de bueno o malo. Se piensa ya con significados emocionales, -gratificantes o dolorosos, alegres o tristes-, etc… Y de ahí que sobre esa base, la emoción juegue un papel fundamental en la toma de decisiones conscientes por la persona.


    Todo esto nos lleva a que las emociones son como los pilares básicos sobre los que descansan casi todas las funciones del cerebro. Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos apartan de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la toma de decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales resultan de especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e incompleta o a situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente a través de razonamientos. De hecho, las emociones parecen tener la capacidad de modular la actividad del resto de funciones cognitivas pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la estructuración de los de procesos cognitivos Hoy se acumulan evidencias de que nuestras emociones re-esculpen el tejido neuronal, apoyando la intuición de Ramón y Cajal.


    En situaciones de estrés excesivo o miedo intenso, el juicio social y el desempeño cognitivo sufren mediante la concesión a los procesos neuronales de la regulación emocional. Algo de estrés es esencial para enfrentar los desafíos, pero pasado un cierto nivel tiene el efecto opuesto. En cuanto a las emociones positivas, uno de los impulsos más potentes para motivar a la gente a aprender es la “iluminación” que viene con el aprendizaje de nuevos conceptos –el cerebro responde muy bien a esto–. Una meta principal de la educación temprana debería ser la de asegurar que los niños tengan esta experiencia de “iluminación” lo antes posible y que se den cuenta de lo placentero que puede ser el aprendizaje.




Información y contenidos basados en recopilación de Begoña Ibarrola.




María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. doctora en Psicología por la Universidad de Murcia










domingo, 9 de mayo de 2021

LA TRISTEZA. Una emoción más que hay que reconocer...

 

LA TRISTEZA, una emoción más...

"Para ayudar a nuestros hijos a entender lo que sienten, sea la que sea la emoción que están experimentando, lo mejor que podemos hacer es hablarles y ayudarles, desde bien pequeños a reconocer las emociones  y a expresarlas con palabras: alegría, enfado, ira, tristeza, sorpresa, miedo, …"


    La tristeza es una emoción básica al igual que la alegría, la ira o el miedo. Estar triste cumple una función adaptativa y necesaria para el equilibrio emocional. De hecho si sabemos manejarla bien, esta emoción nos ayuda a superar muchos de los problemas que van apareciendo a lo largo de la vida.

    La función de la tristeza es la de motivarnos a pedir ayuda en momentos de pesimismo o soledad, y a hacer una reflexión sobre la situación vivida y que nos empuje hacia una nueva integración personal para poder superar este "escenario'". El problema es que en la sociedad que vivimos, la tristeza es una emoción que está mal vista y que en cuanto aparece se trata de suprimir, creando graves consecuencias en los que la padecen ya sean adultos o niños. Por tanto, nunca hay que reprimir la tisteza, es necesario identificarla, sentirla y tomar decisiones al respecto. Dejar sentir y canalizar las respuestas es lo que podemos hacer para ayudar.

    La tristeza se puede manifestar en los niños de forma similar que en los adultos sin excepción, otras veces esta emoción puede presentarse de manera más sutil. Sea como sea, el niño puede experimentar cambios bruscos de comportamiento y los padres han de estar atentos a cómo actúa el niño.

    Un niño triste puede sentirse apático, decaído, llorar por todo, solo quiere dormir, no querer comer, hablar poco cuando es un niño que le gusta hacerlo…. O por lo contrario, podemos ver que está ansioso, no puede dormir o duerme mal y come en exceso.Los niños pueden sentirse tristes debido a diversos acontecimientos como pueden ser: una mudanza, un cambio de colegio, un viaje largo de alguno de los padres, la muerte de su mascota, etc. A los padres no les gusta ver a sus hijos tristes, ni pasar por este tipo de situaciones. Por eso, tratan de evitar que se sienta así en vez de buscar la manera efectiva para hablar de la tristeza y poder ayudarles.
Otras veces, cuando no es posible evitar que el niño se sienta así, los padres suelen caer en otros errores como: restar importancia a la situación o reñirles.

Por tanto, restándole importancia a cuando los niños sienten tristeza no se consigue ayudarles, sino todo lo contrario. Lo que se consigue es empujar a los niños al silencio, a no confiar en sus padres y a que se alejen y no nos cuenten nada más.

Pero, ¿Cuándo debo preocuparme porque mi hijo está triste?

La tristeza, es una emoción y un sentimiento humano, y como tal, no es bueno ni malo. Son muchas, y diversas, las situaciones que pueden llevar a los niños a sentirse tristes. Es una situación inevitable, por mucho que nos duela a los padres.
Es mas, es necesaria la tristeza, es necesario enseñar a los niños a superar una perdida 

Sin embargo hay casos de tristeza que hay que poner algo más de atención e intervenir si es el caso. Sólo cuando la trsiteza se mantenga en el tiempo mas tiempo del necesario ( semanas o meses). 

¿Podemos los padres y los educadores ayudar en los momentos de tristeza?

  Ayudar a un  niño a combatir la tristeza:

Es importante que los padres ayuden a sus hijos a entender lo que siente. Que aprendan a reconocer los estados de ánimo que padecen y sepan expresarlos con palabras. Para ello, es importante que:


1 - No se tenga miedo de reconocer la tristeza

Estar triste es un estado de ánimo al igual que otros. Se debe explicar al niño que a pesar de ser una emoción que no nos gusta, es normal sentirse así y que todos padecemos este sentimiento alguna vez cuando perdemos algo, nos sentimos solos o rechazados.

2 - Los padres no deben ocultar su tristeza

Los niños aprenden del ejemplo y de las expresiones emocionales de sus padres. Por tanto, para ayudar al niño a combatir la tristeza, es importante que los padres les expliquen por qué se sienten tristes para que tengan ejemplos de experiencias cuando sean ellos los que se sienten así.

3 - Ayudar al niño a identificar sus sentimientos

Muchas veces los niños están confusos y se expresan de manera agresiva mediante empujones o golpes. La tristeza va muchas veces de la mano de la ira y la frustración. Los padres deben hablar con los niños para ayudarles a identificar este sentimiento, dejándoles espacio si lo necesitan. Ayudarles a que se desahoguen pero enseñándoles a hacerlo con respeto.

4 - Escuchar

Es importante que se sienta escuchado y que sepa que tiene un espacio y un tiempo para explicar cómo se siente. Los niños y también los adultos necesitan ser escuchados sin más. No es obligatorio entenderlos ni darles consejos. ¡Sólo escuchar!

5 - Enseñar a no esconder sus emociones

Sea cual sea la emoción que sienta el niño es importante y hay que enseñarle a manifestarlas. Hacerles entender que una emoción es la manera que tiene nuestro cerebro de informarnos de lo que está pasando, con la única intención de que generemos una respuesta. Por tanto, la emoción se siente, se reconoce y nos lleva a tomar decisiones y a actuar al respecto. Hemos de comprender que no nos podemos quedar en ella indefinidamente. En la emoción de la Tristeza se tiende a ello, a mantenerla en el tiempo ya que la toma de decisiones es más dificil, ya que afecta a la aceptación de algo que no esperabamos y que hace cambiar nuestra situación actual.

6 - Utilizar los abrazos

Ayudemos a que el niño se sienta bien además de reducir la tensión y aumentar su autoestima. El contacto físico conforta y es liberador.

7 - Hacer una lista con las cosas buenas que tiene

Ayudará al niño a ver todas las cosas buenas que tiene alrededor para combatir su pesimismo.

También es importante tener en cuenta que todos los niños y niñas no son iguales y lo que nos ha ido muy bien con uno, a veces no nos va igual de bien con los demás. Hemos de ser muy observadores y calibrar en su justa medida que es lo que necesitan los niños.

Puede que este video os ayude a aentnder mejor que es la Tristeza.



Maria Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora  en Psicología por la Universidad de Murcia



sábado, 24 de abril de 2021

HABLEMOS DE EDUCACION Y EMOCIONES. BEGOÑA IBARROLA

 "  HABLEMOS DE EMOCIONES




"El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. Y el sol, la luna y las estrellas. El fuego y el rayo y el viento están allí. Y todo lo que es y lo que no es." 

Los Upanishads (s. IV a C.) 


Conozcamos antes, algo de Begoña Ibarrola:

Begoña Ibarrola (Bilbao, 1954) siempre ha estado cuidando de los más pequeños. Primero como terapeuta infantil durante quince años, tras su licenciatura en psicología (UCM,1977), más tarde escribiendo para ellos un extenso catálogo de cuentos en los que les muestra el camino de las emociones como recurso para la vida.. Además de sus cualidades como escritora, Begoña es una consagrada divulgadora y docente en temas como la educación emocional, la neuroeducación, las inteligencias múltiples o la musicoterapia, profesión esta última en la que fue pionera en España.



Os muestro aquí algunas de las ponencias de Ibarrola que más me han gustado y de las que, si escuchamos con atención, nos hacen darnos cuenta de grandes e importantes cuestiones, sobre todo para mejorar como padres o docentes.


Gestionando Emociones, ponencia de Begoña Ibarrola en Gestionando Hijos (Alicante, 2019)



Las emociones son las guardianas del aprendizaje



Comprender y educar las emociones


Emociones y bienestar. Gestión emocional




Educar para sentir



Ponencia en Innovaedum. 2021





En resumen:

     Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro estado de ánimo, influyendo decisivamente en nuestra conducta y en la manera en cómo nos relacionamos con los demás. Pero ¿Qué son las emociones? ¿Hay que educar las emociones? ¿Cómo se educan las emociones? Numerosos descubrimientos científicos sobre el procesamiento de las emociones demuestran la importancia de conocer el mundo emocional para posibilitar al ser humano un nivel adecuado de bienestar tanto físico como mental. Ya se sabe que ser inteligente no garantiza el éxito en la vida ni facilita la felicidad.
     Son otras habilidades emocionales y sociales las que nos ayudan a conseguir estabilidad emocional y mental, satisfacción en nuestras relaciones y adaptación al entorno.. Esta es una tarea a la que padres y maestros se deben enfrentar juntos con el fin de desarrollar en sus hijos/alumnos una serie de habilidades emocionales que les resulten útiles en todos los ámbitos de su vida, presente y futura y esas habilidades se pueden aprender, por ejemplo, a través de los cuentos No existen mapas ni guías para recorrer este territorio pero si pistas capaces de indicarnos por donde transitar y cómo orientar de forma adecuada a nuestros alumnos. Si la educación se orienta hacia el desarrollo integral del ser humano, debería atender de forma equilibrada tanto a su dimensión cognitiva como a su dimensión emocional. Sin embargo constatamos un cierto déficit en los aspectos relacionados con la educación de las emociones que se debería abordar en todas las etapas educativas, comenzando preferentemente en la educación infantil. Pero el mundo de las emociones es un territorio difícil de explorar si no se cuenta con materiales adecuados y sobre todo una gran dosis de delicadeza y respeto, aspectos imprescindibles cuando nos acercamos al mundo interior del niño. 
¿Qué son las emociones? Podemos definir la emoción como una “ reacción que se vivencia como una fuerte conmoción del estado de ánimo; suele ir acompañada de expresiones faciales, motoras, etc.. y surge como reacción a una situación externa concreta, aunque puede provocarla también una información interna del propio individuo “. Las emociones son fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro elementos: cognitivo (Cómo se llama y que significa lo que siento), fisiológico (qué cambios biológicos experimento), funcional (hacia donde dirige cada emoción mi conducta) y expresivo (a través de que señales corporales se expresa). Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado de ánimo que experimentamos casi sin darnos cuenta. Es una reacción que se vivencia como una fuerte conmoción y que nos impulsa a actuar de una determinada manera. Suelen ir acompañadas de expresiones faciales, motoras, cambios en el tono de voz y determinadas reacciones fisiológicas. La experiencia emocional implica también una excitación fisiológica en un grado de intensidad diferente en cada persona y el estímulo que la provoque. 8 Cada vez que sentimos una emoción al torrente sanguíneo le llegan hormonas diferentes, por esta razón las emociones influyen en nuestro cuerpo y por consiguiente en nuestro estado de salud. Las emociones pueden ser provocadas por situaciones externas o informaciones internas de la propia persona; los estímulos externos son fácilmente observables pero los internos, no; un recuerdo, por ejemplo, puede hacer que nos sintamos tristes pero, aunque los demás se den cuenta de lo que sentimos, no saben por qué fue provocado. Podemos clasificarlas en positivas o negativas en función de cómo nos hacen sentir; las emociones positivas nos proporcionan bienestar y seguridad personal, como es el caso de a alegría, la calma, el amor, y las negativas son aquellas que nos producen un estado de tensión o negatividad, disgusto o insatisfacción personal, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, etc. Las diferencias individuales en la vivencia de las emociones tiene dos orígenes: la herencia y el medio. La interacción entre ambos elementos es lo que configura las experiencias emocionales de las personas individuales. La herencia produce unos esquemas de comportamiento emocional que queda reflejado en lo que llamamos temperamento. Sin embargo la influencia del entorno es fundamental, sobre todo en los primeros años de vida y en el ámbito familiar, lo que va configurando el carácter particular de cada persona. Por eso la educación emocional proporciona experiencias y vivencias al alumnado que modelan su tendencia genética y le ofrecen recursos para aprender a conocer y manejar sus emociones. Las personas vamos configurando unos esquemas emocionales basados en parte en nuestras experiencias a lo largo de la vida y en parte en el temperamento. Estos esquemas constituyen la esencia de las diferencias individuales, y en ellos se basan los estilos de respuesta emocional que caracterizan a cada uno de los alumnos. Esto lo podemos observar todos los días en el aula: lo que a un alumno le asusta a otro le fascina y le parece un reto interesante; lo que a uno le enfada, a otro le produce tristeza; la propuesta que a uno le hace protestar, a otro le deja en la más absoluta apatía. 


FUNCIONES DE LAS EMOCIONES

     Según Francisco Mora (Mora 2008), las emociones cumplen muchas y variadas funciones que se podrían resumir en siete apartados: 
 1º Las emociones sirven para defendernos de estímulos nocivos (enemigos) o aproximarnos a estímulos placenteros o recompensas (agua, comida, juego, etc..) que mantengan la supervivencia. En este sentido, las emociones son, además, motivadoras, es decir, nos mueven o empujan a conseguir lo que es beneficioso para el individuo y la especie o a evitar lo que es dañino.
 2º Las emociones hacen que las respuestas del organismo (conducta) ante acontecimientos (enemigos o alimento) sean polivalentes y flexibles. Son reacciones que ayudan a encontrar no una única respuesta fija ante un determinado estímulo (como es un reflejo), sino que bajo la reacción general de alerta, el individuo escoge la respuesta más adecuada y útil entre todo el repertorio posible. No podemos prever cómo vamos a reaccionar si nos intentan atracar, pues, aunque hayamos tenido ya una experiencia de este tipo, las circunstancias pueden ser diferentes, lo que nos lleva a reaccionar de forma distinta. Si en un primer atraco, dimos todo el dinero al atracador, igual ahora nos negamos a ello o incluso somos capaces de agredir al atracador, salir corriendo o gritar. De esta manera, las emociones y los sentimientos dotan de más versatilidad a la conducta, y ello es de más utilidad para la supervivencia del individuo y de la especie. 
 3º Las emociones sirven a las funciones de los puntos anteriores alertando al individuo como un todo ante un estímulo específico. Tal reacción emocional incluye la activación de múltiples sistemas cerebrales (sistema reticular, atencional, mecanismos sensoriales, motores, procesos mentales), endocrinos (activación suprarrenal medular y cortical y otras hormonas), metabólicos (glucosa y ácidos grasos) y en general, la activación de muchos de los sistemas y aparatos del organismo (cardiovascular, respiratorio, etc… con el aparato locomotor y músculo estriado como centro de operaciones). 
 4º Las emociones mantienen la curiosidad y con ello el interés por el descubrimiento de lo nuevo. De esta manera ensanchan el marco de seguridad para la supervivencia del individuo y le llevan a explorar lo desconocido.
 5º Las emociones sirven como lenguaje para comunicarse unos individuos con otros (de la misma especie o de especies diferentes). Es una comunicación rápida y efectiva. En el ser humano, el lenguaje emocional es también un lenguaje básico entre los miembros de una misma familia o entre los miembros de una sociedad determinada. Ello, además, crea lazos emocionales que pueden tener claras consecuencias de éxito tanto para la supervivencia física como para la social.
 6º Las emociones sirven para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se le escapa que todo acontecimiento asociado a un episodio emocional, tanto si este tuvo un matiz placentero o de castigo (debido a su duración o a su significado), permite un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido. Y eso tiene claras consecuencias para el éxito biológico así como para el social del individuo. 
 7º Las emociones y los sentimientos son unos mecanismos que juegan un papel importante en el proceso de razonamiento. Los conceptos abstractos creados por el cerebro, los procesos cognitivos en general, se crean en las áreas de asociación de la corteza cerebral con información que ya viene impregnada de colorido emocional, con la etiqueta de bueno o malo. Se piensa ya con significados emocionales, -gratificantes o dolorosos, alegres o tristes-, etc… Y de ahí que sobre esa base, la emoción juegue un papel fundamental en la toma de decisiones conscientes por la persona. 

Todo esto nos lleva a que las emociones son como los pilares básicos sobre los que descansan casi todas las funciones del cerebro. Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos apartan de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la toma de decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales resultan de especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e incompleta o a situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente a través de razonamientos. De hecho, las emociones parecen tener la capacidad de modular la actividad del resto de funciones cognitivas pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la estructuración de los de procesos cognitivos Hoy se acumulan evidencias de que nuestras emociones re-esculpen el tejido neuronal, apoyando la intuición de Ramón y Cajal. 

En situaciones de estrés excesivo o miedo intenso, el juicio social y el desempeño cognitivo sufren mediante la concesión a los procesos neuronales de la regulación emocional. Algo de estrés es esencial para enfrentar los desafíos, pero pasado un cierto nivel tiene el efecto opuesto. En cuanto a las emociones positivas, uno de los impulsos más potentes para motivar a la gente a aprender es la “iluminación” que viene con el aprendizaje de nuevos conceptos –el cerebro responde muy bien a esto–. Una meta principal de la educación temprana debería ser la de asegurar que los niños tengan esta experiencia de “iluminación” lo antes posible y que se den cuenta de lo placentero que puede ser el aprendizaje.


Información y contenidos basados en recopilación de Begoña Ibarrola.


María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. doctora en Psicología por la Universidad de Murcia