Dormir un número de horas suficiente es fundamental para un correcto funcionamiento cerebral. Durante el sueño nuestro cerebro consolida las memorias más importantes y hace su propio mantenimiento, elimina los productos tóxicos generados mientras estamos despiertos y limpia, entre otras cosas, el beta-amiloide, el material de las placas seniles, una de las características distintivas de la enfermedad de Alzheimer.
El cerebro funciona a base de ondas cerebrales, dependiendo de cómo sean estaremos en vigilia o en sueño. Y una vez que estemos en sueño, la actividad eléctrica también irá variando según la fase de sueño en la que nos encontremos.
Se distinguen varias etapas en el sueño:
1.- SUEÑO no REM (NREM). Se divide en cuatro etapas:
· La etapa I, de somnolencia o adormecimiento, en que tiene lugar la desaparición del ritmo alfa del EEG (típico del estado de vigilia), hay tono muscular y no hay movimientos oculares o, si los hay, son muy lentos. En ella son muy frecuentes los despertares y las sensaciones de “caída”. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece.
· La etapa II - III, de sueño ligero, se caracteriza por una disminución aún mayor del ritmo electroencefalográfico, con la aparición de los típicos husos de sueño, fenómenos de los que es responsable el núcleo reticular del tálamo; sigue existiendo tono muscular, y no hay movimientos oculares. La etapa III es la etapa del sueño en el que realmente descansamos y en el que, si nos despertáramos, nos sentiríamos confusos. En esta fase las ondas cerebrales predominantes son la delta. Es donde generalmente se dan trastornos de sueño como el sonambulismo, terrores nocturnos y mojar la cama.
· La etapa IV, de sueño profundo, presenta un ritmo electroencefalográfico menor, no hay movimientos oculares y el tono muscular se mantiene o puede estar muy disminuido. En la instauración de esta fase del sueño intervienen, entre otras estructuras, la corteza prefrontal y el núcleo dorsomedial del tálamo. Es la fase del sueño más reparadora. Hay movimientos organizados del dorso; el individuo da vueltas en la cama, cambia de postura. Esta fase dura aproximadamente un 25% del total del tiempo del sueño. Aquí es donde nos encontramos profundamente dormidos y nos hace descansar tanto física como psíquicamente. Aunque no es la fase en la que soñamos, nos podemos encontrar con imágenes, con la diferencia de que nunca son historias.
2.- SUEÑO REM:
Esta etapa es la de sueño paradójico, que se caracteriza por una actividad EEG que recuerda al estado de vigilia (por eso se habla de sueño paradójico), debida a una activación cortical por parte de estructuras encefálicas profundas, como es la formación reticular activadora. Fue descubierto por Kleitman y Aserinsky, junto con Dement , en los años cincuenta del siglo pasado. Hay una desincronización del EEG, que se asemeja a una situación de vigilia, de alerta. Se observan movimientos oculares rápidos (también se habla de sueño MOR, de movimientos oculares rápidos o sueño REM, de rapid eye movements), dependientes de la actividad de estructuras profundas tales como la formación reticular pontina. Se produce una atonía (desaparición del tono muscular), de lo que son responsables estructuras como la formación reticular bulbar, el locus coeruleus, etc. El músculo diafragma sigue manteniendo el tono, y contrayéndose, permitiendo la respiración. es la etapa en la que soñamos en forma de historia. En este momento el tono muscular no existe (por eso cuando queremos gritar en un sueño, no podemos).
Las ondas cerebrales predominantes son las theta. En esta etapa, las ondas cerebrales son como cuando una persona está despierta, por lo que, el ritmo cardíaco y la presión aumenta, al igual que el movimiento de los ojos y a la vez, los músculos se paralizan. En este momento es cuando soñamos y si nos despiertan, los recordamos.
La fase de sueño REM constituye un 25 % del sueño total. En el recién nacido, el sueño REM constituye el 50% del tiempo total de sueño. El tiempo de vigilia va aumentando con la edad, cada vez se duerme menos, y cada vez hay menos sueño REM. Sólo existe sueño REM en los mamíferos, excepto el conejo macho, el oso hormiguero y el delfín de nariz en botella. Parece ser, en líneas generales, que el sueño paradójico se produce, filogenéticamente, cuando la corteza cerebral está más desarrollada. De la instauración del sueño REM es responsable el tronco del encéfalo, concretamente un grupo de neuronas que también descargan en la vigilia (el centro nodal es el núcleo reticular pontino oral, cuyas porciones ventral y paramediana reciben conexiones de múltiples estructuras relacionadas con el control del ciclo vigilia-sueño), produciendo una activación de los sistemas colinérgicos.
Aspectos importantes, que deberíamos conocer:
Las fases de sueño NREM y REM se alternan sucesivamente, cuatro a cinco veces por la noche. En total, la fase de sueño NREM dura unas 6 horas; y la fase de sueño REM, dos horas, por término medio. Es más fácil despertar al sujeto en la fase de sueño REM que en la fase NREM. Los medicamentos antidepresivos reducen el sueño REM y las benzodiacepinas acortan o suprimen las fases III yIV.
La función psicológica que más consenso ha despertado ha sido que el sueño REM consolida nuestra memoria y que la recuperación de nuestros recuerdos es más efectiva después de un buen sueño. Y podemos afirmar que el sueño actúa sobre nuestra memoria emocional activando los circuitos cerebrales asociados a la emoción, como la amígdala y el sistema límbico y desactivando el control consciente de la corteza frontal y la entrada y salida de estímulos desactivando partes del tronco cerebral.
Un sueño discontinuo rebaja sensiblemente nuestro estado de ánimo. Dormir es la medida más eficaz para resetear y renovar la salud de nuestro cerebro y el resto de nuestro cuerpo cada día.
La cantidad de horas de sueño que necesitamos varía con la edad. Parece que los adolescentes necesitan más horas y es raro que las duerman. Puede que parte de su malhumor, la dificultad para concentrarse, esa sensación de no aguantarse ni a sí mismos venga de una falta de sueño.
El último siglo de urbanización, industrialización y progreso tecnológico ha sido un desastre para nuestros patrones de sueño. Un claro culpable es Thomas Edison: no tenía suficientes horas de día para todo lo que quería hacer, así que «fabricó» más. La bombilla eléctrica es el elemento clave de una nueva sociedad caracterizada por dormir menos de lo necesario. Y no solo es importante el número de horas de sueño, sino que necesitamos un tiempo continuo, que nos permita entrar en el sueño no-REM, en el que se realizan esas actividades de mantenimiento. Si nuestro sueño se interrumpe, no tenemos tiempo suficiente para realizar las actividades restauradoras de la noche y podemos sufrir alteraciones en nuestros procesos cognitivos y emocionales. Un sueño discontinuo rebaja sensiblemente nuestro estado de ánimo. Dormir es la medida más eficaz para resetear y renovar la salud de nuestro cerebro y el resto de nuestro cuerpo cada día.
Entre las cosas que la ciencia ha descubierto, está que el efecto de la falta de sueño es inmediato. Un estudio en el que participó un grupo de jóvenes a los que solo se les permitía dormir cuatro horas mostró efectos medibles en su sistema inmunitario al día siguiente. Concretamente, los participantes sometidos a privación de sueño presentaban una caída de un 70% en una población clave de células anticancerígenas, las NK o «natural killers». Además, los problemas de sueño contribuyen a la obesidad, la diabetes, el cáncer e incluso generan muertes prematuras. Las personas que tienen 45 años o más y que duermen menos de seis horas por noche tienen un porcentaje triple de sufrir un infarto o un ictus que aquellos que duermen lo suficiente. El sueño con sedantes no es la solución, sus efectos son similares a dormir mal, pero pueden tranquilizar a la persona afectada y ser el camino hacia una recuperación. Conseguir dormir un número de horas suficiente debe ser una prioridad.
La respuesta puede estar en nuestros horarios, nuestra habitación, nuestra agenda diaria o mil problemas más. Algunas veces hace falta un tratamiento médico, un ejemplo es tratar la apnea del sueño, un trastorno en el que las personas afectadas muestran interrupciones breves de la respiración mientras duerme, incluso varios cientos en la misma noche. Tratar los problemas del sueño, como la apnea, en personas de edad avanzada mejora de una forma significativa la función cognitiva en los pacientes de alzhéimer y retrasa el inicio de esta enfermedad en los que no la sufren en unos diez años. Por tanto, parece interesante, en particular para los que dormimos poco, priorizar el sueño y apostar por una vida más larga y saludable.
Diversos grupos de investigación están estudiando cómo ayudarnos a dormir más y mejor. David Rose y su grupo del Media Lab del MIT están investigando hamacas, aromas como la lavanda, mantas con pesos para inducir la sensación de estar envuelto y cuentos de hadas islandeses. Todo ello para intentar encontrar el ambiente nocturno perfecto.
Hugo Mercier, un ingeniero informático de París, ha recaudado diez millones de dólares para estudiar una banda para la cabeza que induce el sueño. Otro aparato, diseñado por el australiano Ben Olsen, emite un sonido para mantenerte despierto la hora previa a irte a la cama. Parece que las interrupciones del sueño antes de dormir evitan la alteración del sueño cuando sí que toca. No es su primer invento, este emprendedor ha diseñado un par de gafas con luces incorporadas que están diseñadas para cambiar nuestro ritmo circadiano y solucionar problemas como el jet-lag. Aparentemente ha vendido 30.000 pares desde que las puso a la venta en 2012. Incluso algunas empresas como Nike and Google han prestado atención a los patrones de sueño de su plantilla. Han flexibilizado los horarios atendiendo a que hay gente madrugadora y trasnochadora (alondras y búhos los llaman en inglés) y han acondicionado zonas y mobiliario en las oficinas para poder dar una cabezada si hace falta.
Algunas sugerencias prácticas:
· Intenta asegurarte de que dispones de ocho horas de tranquilidad en la cama para tener un sueño reparador suficiente.
· Sé regular. Vete a la cama y levántate siempre a la misma hora, pase lo que pase. No cambies si has tenido una mala noche ni si es fin de semana. La hora de salir de la cama es la más importante porque es la que va a marcar tu ritmo circadiano durante el día y va a determinar cuándo sientes que es hora de dormir.
· Baja la temperatura. Tu cuerpo necesita reducir su temperatura en aproximadamente 1,2 grados para iniciar el sueño. Esa es la razón por la que nos resulta más fácil caer roques en una habitación donde hace frío que en una donde hace demasiado calor. Una temperatura de 18,5 º se considera óptima para el dormitorio; es decir, más frío de lo que pensaríamos normalmente
· Reduce la luz. Disminuye la iluminación antes de irte a dormir. Apaga tantas luces como puedas de manera que no interfieran en la producción natural de la melatonina, la hormona del sueño, que se empieza a sintetizar al ir atardeciendo y disminuyendo la luz solar. Unas buenas persianas o unas cortinas tupidas también pueden ayudar a que la luz no te desvele.
· Apaga las pantallas. Las pantallas de tabletas y teléfonos móviles generan luz azulada de corta longitud de onda, que reduce la producción de melatonina. Por tanto, nada de artilugios electrónicos en la hora previa a ir a la cama. Es otro motivo para preferir un libro en papel a un lector electrónico. Un iPad reduce la producción de melatonina en más de un 50% .
· Levántate. Si no consigues dormir, no te quedes dando vueltas en la cama un tiempo prolongado (más de veinte minutos). Mejor levántate y haz algo tranquilo y relajante hasta que vuelvas a tener ganas de dormir.
· Evita la cafeína después de comer y el alcohol desde la tarde. Nunca te vayas a la cama con un «puntito». El alcohol es una sustancia depresora y estar sedado no es dormir. El alcohol también bloquea el sueño REM y hace que abras el ojo varias veces a lo largo de la noche. Además, el alcohol hará que despiertes con sensación de malestar, de no haber descansado lo suficiente durante la noche. Además, por si fueran pocos todos los motivos que tenemos para no beber durante el embarazo, el sueño añade uno más: una copa de vino inhibe temporalmente el sueño REM del feto. ¡Déjale dormir o se vengará cuando nazca!
· Ejercicios rítmicos, como golpear las piernas empezando con ritmo más ligero hasta un ritmo lento seguido de respiraciones profundas.
Para saber más:
Bibliografía:
· Green P (2017) Sleep Is the New Status Symbol. The New York Times 8 de abril
· Kamp D (2017) Exploring the necessity and virtue of sleep. The New York Times 10 de octubre.
· Lugaresi E, Omicini L. El sueño, los sueños, un mundo misterioso. EUNSA. Pamplona, 1999. [ Links ]
· Purves D, Augustine GJ, Fitzpatrick, D, Katz, LC, LaMantia, AS and McNamara, J. Invitación a la neurociencia. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 2001. [ Links ]
· Walker M (2017) Top tips to get a better night’s sleep and improve your health. New Scientist 11 de octubre.
El aprendizaje es un proceso activo, que conlleva cambios en el cerebro. Cuanto más trabajamos un contenido, mejor permanece en la memoria. Incluso nuestra identidad personal viene determinada por lo que aprendemos y lo que recordamos, por lo que la memoria constituye un recurso fundamental del ser humano que nos hace inteligentes y nos permite compartir y transmitir la cultura.
Como vemos, la memoria, es de vital importancia, digan lo que digan en algunos círculos sociales, influenciados por determinadas corrientes. En el estudio de la memoria vemos que no se trata de un solo tipo de memoria, por el contrario, podemos diferenciar varios tipos de memoria y por tanto distintos lugares donde se lleva a cabo en el cerebro. La neurociencia nos ha aclarado muchas dudas al respecto. Conocer cuales son los mecanismos de la memoria nos va a facilitar un buen aprendizaje, en todos los aspectos del desarrollo integral de los individuos. Vamos a conocer un poco más sobre la memoria y sus tipos.
TIPOS DE MEMORIA
La memoria se puede clasificar, atendiendo a cómo se almacena y recuerda la información, según esta consideración tenemos:
1.- La memoria explícita, hace referencia al almacenamiento de información de hechos generales (memoria semántica) y sucesos determinados de nuestra vida (memoria episódica). Son recuerdos conscientes que pueden describirse con palabras y es a este tipo de memoria al que suele referirse la gente cuando habla de memoria.
Ejemplo: Para poder resolver un problema matemático complejo se requiere memoria explícita porque necesitamos mayor flexibilidad y aprendizaje relacional.
2. La memoria implícita, hace referencia a los recuerdos inconscientes y adopta la forma de hábitos, estrategias perceptivas o motoras y condicionamiento asociativo o no. Se expresa de forma automática y es difícil de verbalizar.
Ejemplo: Para poder aprender un idioma extranjero requerimos memorias implícitas pues el aprendizaje se da mediante hábitos.
Figura 1. Almacenamiento de la memoria explicita e implícita
Otra clasificación de la memoria, tiene como referencia el plazo, es decir la cantidad de tiempo que podemos recordar la información, según esta consideración tenemos:
1.- La memoria a corto plazo. Esta nos permite almacenar una cantidad limitada de información durante un breve periodo de tiempo.
2.- La memoria de largo plazo o permanente. Esta nos permite almacenar mucha información durante un tiempo indefinido.
Figura 2. Esquema memorias a corto y largo plazo
“Memoria de trabajo” Un caso particular de la memoria a corto plazo.
La memoria de trabajo es una forma de memoria de corto plazo que permite retener pequeñas cantidades de información durante breves periodos de tiempo mientras realizamos actividades como leer, conversar o pensar.
En ella, interviene la percepción y la fijación final de memorias explícitas, posibilita guardar y manipular información en tiempo real y nos permite resolver problemas inmediatos. Podríamos decir que la memoria de trabajo es el lugar en el que se da la consciencia y la reflexión, donde combinamos ideas y las podemos transformar en novedosas y creativas.
El problema reside en que para que la información se almacene en la memoria de largo plazo debe estar cierto tiempo en la memoria de trabajo y sabemos que su espacio es limitado. Una buena receta para luchar contra el olvido, como ya sabemos, es la práctica continua. Además, la forma como reflexionamos sobre la experiencia, y la atención que prestamos a la misma, determinan si la información será retenida o no.
Se ha comprobado que cuando funciona la memoria de trabajo se activa la corteza prefrontal. Esta zona del cerebro está relacionada con la planificación y la toma de decisiones, lo que llamamos funciones ejecutivas. Estas funciones ejecutivas continúan hasta la adolescencia.
“Memoria y emociones “y su papel en la memoria a largo plazo.
Ya está suficientemente estudiado que el clima emocional vivido es determinante en la consolidación de los recuerdos, en definitiva, la memoria a largo plazo. Creo que a todos no se nos olvidarán nunca los atentados en Madrid o la caída de las torres gemelas en Nueva York.
En un estudio realizado por Erk et al. (2002), utilizando la técnica de la resonancia magnética funcional, se investigó cómo afecta el contexto emocional al proceso de memorización. Se presentó a los participantes una fotografía que generaba emociones positivas, negativas o neutras y, a continuación, palabras que debían memorizar. El resultado fue que las palabras mejor recordadas eran las asociadas al contexto emocional positivo
Imagen emociones y memoria
Además, se activaban regiones cerebrales distintas (ver imagen): el hipocampo en un contexto emocional positivo (d), la amígdala en uno negativo (c) y el lóbulo frontal en uno neutro (b).
Estos resultados muestran la relación directa existente entre cognición y emoción. Como tantas veces hemos comentado, el estudio y la escuela necesitan que prevalezcan las emociones positivas.
PECADOS DE LA MEMORIA EN EL AULA
Daniel Schacter (2011), uno de los investigadores punteros sobre el funcionamiento de la memoria, en su obra fundamental “ Los siete pecados de la memoria”, sobre los errores memorísticos, identifica siete “pecados” o defectos de funcionamiento de la memoria que se producen con frecuencia en la vida cotidiana. Como el propio autor sugiere, más que defectos asociados al propio diseño de la memoria, hay que entenderlos como adaptaciones producidas por la selección natural que permiten que la memoria sea un sistema fiable, aunque en ocasiones puede fallar.
Vamos a ver los siete pecados de los que nos hable Schacter:
1. Transitoriedad: Olvido producido por el paso del tiempo.
Ejemplo: “Pensaba que recordaba la explicación del profesor de la semana pasada sobre el experimento realizado, pero he olvidado parte del material utilizado”.
2. Distractibilidad: Olvido por falta de atención en lo que hemos de recordar.
Ejemplo: “No sé dónde he dejado el libro de matemáticas”.
3. Bloqueo: Supone una frustrada búsqueda de información que nos consta que sabemos (tener algo “en la punta de la lengua”).
Ejemplo: “Me he quedado en blanco en la primera pregunta del examen y he recordado la respuesta cuando ya lo había entregado”.
4. Atribución errónea: Se asigna un recuerdo a una fuente equivocada.
Ejemplo: “Creía que la Crítica de la razón pura era una obra de Hume”.
5. Sugestibilidad: Alude a la tendencia a incorporar información engañosa de fuentes externas.
Ejemplo: “El profesor me pidió que relatara la historia relativa al día que me perdí en una excursión cuando era pequeño. Al llegar a casa expliqué los detalles comentados en clase. Sin embargo, mi madre me dijo que yo no era el alumno que se perdió sino mi amigo íntimo”.
6. Propensión: Cómo influyen nuestras tendencias en los recuerdos que almacenamos.
Ejemplo: “Para resolver el problema hay que hacer una suma porque siempre sumamos en los problemas”.
7. Persistencia: Conlleva el recuerdo de cosas que nos gustaría olvidar.
Ejemplo: “No puedo olvidar aquel profesor que se burlaba de mí delante de los compañeros”.
IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS
¿Cómo aprender?
El aprendizaje puede ser explícito o implícito. En el primer caso, somos conscientes de lo que aprendemos y en el segundo no. En la práctica conviene utilizar ambas estrategias para optimizar el aprendizaje. Los docentes sabemos que a menudo se hacen explícitos conocimientos implícitos.
¿Cómo mejorar la memoria de trabajo?
Podemos mejorar la memoria de trabajo agrupando la información para que ocupe menos espacio o mejorando su eficiencia. En el primer caso, se requiere el conocimiento de hechos y datos debido a que la adquisición de cultura facilita la reflexión y cuando reflexionamos sobre algo es más fácil retener la información. En el segundo caso, necesitamos automatizar los procesos que utilizamos para llevar información a la memoria de trabajo. La práctica continuada aumenta la duración del recuerdo y permite progresar.
Ejemplo: La práctica del cálculo aritmético de los niños les permite mejorar en la resolución de problemas que requieren operaciones de cálculo.
Hemos de asumir que olvidamos la mayor parte de lo que aprendemos. Basta pensar en la gran cantidad de contenidos que estudiamos en la etapa escolar y la rapidez con que hemos olvidado muchos de los mismos
¿Aprender “de memoria”?
El aprendizaje no puede basarse en la memorización de una serie de reglas aburridas que desvirtúen la comprensión global y que no muestren un sentido ni una relación con otros contenidos. Los niños necesitan ejemplos adecuados que permitan llegar a las reglas.
Es imprescindible que en el proceso de aprendizaje haya reflexión y comprensión, pero, para ello, se necesitan los conocimientos previos o el soporte cultural sobre el que se asiente el aprendizaje posterior. Resulta perjudicial obligar al aprendizaje de memoria cuando es posible otra forma de aprendizaje, aunque es indudable que los alumnos han de conocer determinadas informaciones de memoria.
Ejemplo: El niño que no haya aprendido de memoria la tabla de multiplicar seguramente tendrá dificultades en la resolución de problemas aritméticos.
No obstante, no es lo mismo memorizar literalmente que integrar nuestra memoria en la resolución de problemas cotidianos, no sólo académicos. La optimización del aprendizaje requiere entrenamiento, es decir, la repetición apropiada que permita la automatización y consolidación de hábitos adecuados. Cuando la información es significativa se facilita el proceso. Y no olvidemos que la atención, la motivación y la implicación emocional nos permiten memorizar y aprender mejor. El docente desempeña un protagonismo principal en la facilitación de estos factores.
Aquí tenéis un video muy interesante...
Maria Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia
Bibilografía
Guillén, J. C ( 2017) Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica. Créate Space
Erk, S. et al. (2003): “Emotional context modulates subsequent memory effect”. Neuroimage, 18.
Schacter, D. ( 2011) Los siete pecados de la memoria, Ariel.
Para saber más:
-Blakemore, Sarah-Jayne, Frith, Uta, Cómo aprende el cerebro, las claves para la educación, Ariel, 2011.
-Morgado, Ignacio (2005), “Psicobiología del aprendizaje y la memoria”. Cuadernos de Información y Comunicación,10. Universidad Complutense de Madrid.
-Jensen, Eric, Cerebro y aprendizaje: competencias e implicaciones educativas, Narcea, 2004.
-Ortiz, Tomás, Neurociencia y educación, Alianza Edtorial, 2009.
-Marina, José Antonio, El cerebro infantil: la gran oportunidad, Ariel, 2011.
-Entrevista a Ignacio Morgado en la que habla sobre la memoria y el aprendizaje: ver
Hay muchos padres y maestros que se quejan y se sienten frustrados porque los niños ya no se comportan como en "los viejos tiempos". ¿ Qué sucede? Hay muchas y posibles explicaciones, pero, yo me inclino a pensar, desde la disciplina positiva, que en realidad no son los mismos niños, ni viven en la misma sociedad, ni los padres nos comportamos igual... su realidad es diferente, por eso no nos sirven las pautas que utilizaron con nosotros, que en definitiva es lo que intentamos hacer...
¡ Nadie nos ha expicado otra forma! y con nosotros funcionó, algunos no tenemos traumas y hemos llegado lejos dentro de la sociedad. A veces los castigamos, pero no funciona...
Pues bien, desde este punto de vista el panorama es alentador, podemos intentar solucionar el problema de otra forma.
Reflexionemos:
1.- Los adultos en general ( padres, maestros) no transmitimos a los niños el modelo o ejemplo de sumisión y obediencia, al contrario.
2.- Los niños tienen pocas ocasiones de aprender responsabilidad y motivación. Ahora se les dá demasiado en nombre del amor y se desarrolla en ellos una creencia de que lo merecen todo gratuitamente ( por ser hijos).
3.- Muchos educadores ( padres, maestros) opinan que hay que protegerlos de toda decepción ( que ya tendrán tiempo...). Los rescatan y los superprotegen, quitándoles la más mínima oportunidad de desarrollar seguridad en su capacidad para manejar los altibajos de la vida.
4.- Los niños no desarrollan responsabilidad si los padres o educadores son demasiado estrictos, controladores o permisivos ( en este aspecto hay una amplia bibliografía sobre el estilo parental y los resultados en el comportamiento de los hijos).
Después de estas reflexiones y partiendo de la base que los hijos pertenecen a una sociedad distinta a la nuestra y que no ven modelos de sumisión, podemos empezar a ver qué podemos hacer:
En primer lugar hemos de tener en cuenta que los nños merecen ser tratados con dignidad y respeto. También merecen la oportunidad de dasarrollar las habilidades de vida necesarias en un ambiente de cordialidad y firmeza y no en una atmosfera de culpa, verguenza o dolor.
El castigo en realidad, responde normalmente al nivel de frustración de los adultos, no es una consecuencia de los actos erróneos de los hijos. Incluso en la mayoría de los casos no tiene nada que ver con la mala conducta realizada.
Cuando el castigo no es identificado como una consecuencia lógica de nuestros actos, cosa que ocurre normalmente, este produce, lo que en disciplina positiva se denominan las cuatro erres del castigo:
1.- Resentimiento. Esto es injusto y no confío en los adultos.
2.- Revancha. Ellos ganan ahora, pero ya verán mas tarde.
3. Rebeldía. Haré exactamente lo contrario para probar que no tengo que hacerlo a su manera.
4. Retraimiento. Puede dar lugar a la cobardía o a la reducción de la autoestima.
Por tanto, cuidemos la forma de castigar, si lo que queremos es que nuestros hijos aprendan de sus errores y que no dejen de considerarnos su apoyo.
Cuando los adultos establecemos los limites y después los reforzamos con sermones y castigos invitamos a la rebeldía y a la lucha de poderes y esto no mantiene a los niños a salvo ni adaptados al medio social. Por tanto, sermones y ya te lo dije no funcionan.
Por el contrario, si intentamos involucar a los niños en la búsqueda de soluciones para enmendar el error, estamos contando con ellos y haciendoles saber que ellos pueden corregir el error y que no vuelva a pasar. Debemos desarrollar habilidades en ellos para que hagan lo que tengan que hacer de forma responsable y no por el miedo a un castigo que les hace sentir dolor, verguenza o sumisión. Iran viendo poco a poco que son capaces de enfrentarse a los altibajos de la vida.
Recordad, un castido soluciona el problema a corto plazo, pero las consecuencias a largo plazo no son buenas. Debemos intentar que entiendan lo que han hecho mal, que ellos sean parte de la solución y guiarlos con firmeza y amor. También es importante recordar que los errores son la mejor forma para aprender. Cuando estos ocurren son la mejor baza para mejorar y no para hacerles sentir que nos decepcionan, que no son buenos o que son tontos.
María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia
Prueba contrarreloj y diploma de tabla de multiplicar:
Juega y aprende
Aquí puedes las tablas de multiplicar de una forma interactiva. Añadir un elemento interactivo a los juegos de tablas de multiplicar hace que sea más divertido practicar. Es una buena variación de la prueba de velocidad, el diploma de tablas y ejercicios en la escuela con un efecto de aprendizaje de refuerzo.
Con la ayuda de estos juegos educativos, puedes hacer ejercicios adicionales para aprender todas las tablas. Estos juegos gratuitos de tablas de multiplicar están enfocados en aprender las tablas ofrecidas en la escuela primaria. Aquí puedes jugar a los juegos de las tablas de multiplicar del 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12. Estos juegos de tablas de multiplicar para niños están hechos para que sea más divertido e interactivo aprender las tablas. Se hace hincapié en jugar además de aprender. La ventaja es que juegas y aprendes. Las tablas de multiplicar se aprenden mejor al repetirlas frecuentemente. Es bueno practicar 10 minutos al día y así lograr el mejor resultado por repetición. Esto mejora el conocimiento aritmético de factores y múltiplos para niños. Esto ayudará a los alumnos en el programa para niños de 5 a 11 años. Así que ven y juega para aprender los juegos de tablas de multiplicar.
Estos juegos de matemáticas son perfectos para aprender las tablas de multiplicar del 1 al 12. Esta es una adición perfecta a la educación primaria y una buena base para tareas matemáticas en la escuela secundaria. ¡Al practicar bien y con regularidad, puedes sorprender a tu maestro en clase con buenas respuestas!
Los juegos matemáticos de tablas de multiplicar para niños disponibles son las "Tablas de multiplicar con gatos" y las "Tablas de multiplicar de memoria". En el juego del gato, el objetivo es coleccionar juguetes y cosas para el gato. Los puedes lograr saltando a las plataformas adecuadas, pero claro, tienes que calcular la suma para encontrar la plataforma correcta.
En el juego de memoria, puedes jugar con la memoria con sumas y respuestas. Puedes jugar con 1 o más tablas de multiplicar a la vez. Lo bueno es que puedes jugar 1 contra 1. Así puedes jugar contra tu compañero de clase, amigo o jugar una partida contra tu profesor.
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