" HABLEMOS DE EMOCIONES
"El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. Y el sol, la luna y las estrellas. El fuego y el rayo y el viento están allí. Y todo lo que es y lo que no es."
Los Upanishads (s. IV a C.)
Conozcamos antes, algo de Begoña Ibarrola:
Begoña Ibarrola (Bilbao, 1954) siempre ha estado cuidando de los más pequeños. Primero como terapeuta infantil durante quince años, tras su licenciatura en psicología (UCM,1977), más tarde escribiendo para ellos un extenso catálogo de cuentos en los que les muestra el camino de las emociones como recurso para la vida.. Además de sus cualidades como escritora, Begoña es una consagrada divulgadora y docente en temas como la educación emocional, la neuroeducación, las inteligencias múltiples o la musicoterapia, profesión esta última en la que fue pionera en España.
Os muestro aquí algunas de las ponencias de Ibarrola que más me han gustado y de las que, si escuchamos con atención, nos hacen darnos cuenta de grandes e importantes cuestiones, sobre todo para mejorar como padres o docentes.
Gestionando Emociones, ponencia de Begoña Ibarrola en Gestionando Hijos (Alicante, 2019)
Las emociones son las guardianas del aprendizaje
Comprender y educar las emociones
Emociones y bienestar. Gestión emocional
Educar para sentir
Ponencia en Innovaedum. 2021
Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro
estado de ánimo, influyendo decisivamente en nuestra conducta y en la manera en
cómo nos relacionamos con los demás. Pero ¿Qué son las emociones? ¿Hay que
educar las emociones? ¿Cómo se educan las emociones? Numerosos descubrimientos científicos sobre el procesamiento de las
emociones demuestran la importancia de conocer el mundo emocional para posibilitar al ser humano un nivel adecuado de bienestar tanto físico como
mental.
Ya se sabe que ser inteligente no garantiza el éxito en la vida ni facilita la
felicidad.
Son otras habilidades emocionales y sociales las que nos ayudan a
conseguir estabilidad emocional y mental, satisfacción en nuestras relaciones y
adaptación al entorno.. Esta es una tarea a la que padres y maestros se deben
enfrentar juntos con el fin de desarrollar en sus hijos/alumnos una serie de
habilidades emocionales que les resulten útiles en todos los ámbitos de su vida,
presente y futura y esas habilidades se pueden aprender, por ejemplo, a través de los cuentos
No existen mapas ni guías para recorrer este territorio pero si pistas capaces
de indicarnos por donde transitar y cómo orientar de forma adecuada a nuestros
alumnos.
Si la educación se orienta hacia el desarrollo integral del ser humano, debería
atender de forma equilibrada tanto a su dimensión cognitiva como a su dimensión
emocional. Sin embargo constatamos un cierto déficit en los aspectos
relacionados con la educación de las emociones que se debería abordar en todas
las etapas educativas, comenzando preferentemente en la educación infantil.
Pero el mundo de las emociones es un territorio difícil de explorar si no se
cuenta con materiales adecuados y sobre todo una gran dosis de delicadeza y
respeto, aspectos imprescindibles cuando nos acercamos al mundo interior del
niño.
¿Qué son las emociones? Podemos definir la emoción como una “ reacción que
se vivencia como una fuerte conmoción del estado de ánimo; suele ir
acompañada de expresiones faciales, motoras, etc.. y surge como reacción
a una situación externa concreta, aunque puede provocarla también una
información interna del propio individuo “.
Las emociones son fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro
elementos: cognitivo (Cómo se llama y que significa lo que siento), fisiológico (qué
cambios biológicos experimento), funcional (hacia donde dirige cada emoción mi
conducta) y expresivo (a través de que señales corporales se expresa).
Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado
de ánimo que experimentamos casi sin darnos cuenta. Es una reacción que se
vivencia como una fuerte conmoción y que nos impulsa a actuar de una
determinada manera.
Suelen ir acompañadas de expresiones faciales, motoras, cambios en el tono
de voz y determinadas reacciones fisiológicas. La experiencia emocional implica
también una excitación fisiológica en un grado de intensidad diferente en cada
persona y el estímulo que la provoque.
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Cada vez que sentimos una emoción al torrente sanguíneo le llegan hormonas
diferentes, por esta razón las emociones influyen en nuestro cuerpo y por
consiguiente en nuestro estado de salud.
Las emociones pueden ser provocadas por situaciones externas o
informaciones internas de la propia persona; los estímulos externos son
fácilmente observables pero los internos, no; un recuerdo, por ejemplo, puede
hacer que nos sintamos tristes pero, aunque los demás se den cuenta de lo que
sentimos, no saben por qué fue provocado.
Podemos clasificarlas en positivas o negativas en función de cómo nos hacen
sentir; las emociones positivas nos proporcionan bienestar y seguridad personal,
como es el caso de a alegría, la calma, el amor, y las negativas son aquellas que
nos producen un estado de tensión o negatividad, disgusto o insatisfacción
personal, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, etc.
Las diferencias individuales en la vivencia de las emociones tiene dos
orígenes: la herencia y el medio. La interacción entre ambos elementos es lo que
configura las experiencias emocionales de las personas individuales.
La herencia produce unos esquemas de comportamiento emocional que queda
reflejado en lo que llamamos temperamento. Sin embargo la influencia del
entorno es fundamental, sobre todo en los primeros años de vida y en el ámbito
familiar, lo que va configurando el carácter particular de cada persona. Por eso la
educación emocional proporciona experiencias y vivencias al alumnado que
modelan su tendencia genética y le ofrecen recursos para aprender a conocer y
manejar sus emociones.
Las personas vamos configurando unos esquemas emocionales basados en
parte en nuestras experiencias a lo largo de la vida y en parte en el
temperamento. Estos esquemas constituyen la esencia de las diferencias
individuales, y en ellos se basan los estilos de respuesta emocional que
caracterizan a cada uno de los alumnos.
Esto lo podemos observar todos los días en el aula: lo que a un alumno le
asusta a otro le fascina y le parece un reto interesante; lo que a uno le enfada, a
otro le produce tristeza; la propuesta que a uno le hace protestar, a otro le deja
en la más absoluta apatía.
FUNCIONES DE LAS EMOCIONES
Según Francisco Mora (Mora 2008), las emociones cumplen muchas y variadas
funciones que se podrían resumir en siete apartados:
1º Las emociones sirven para defendernos de estímulos nocivos (enemigos) o
aproximarnos a estímulos placenteros o recompensas (agua, comida, juego, etc..)
que mantengan la supervivencia. En este sentido, las emociones son, además,
motivadoras, es decir, nos mueven o empujan a conseguir lo que es beneficioso
para el individuo y la especie o a evitar lo que es dañino.
2º Las emociones hacen que las respuestas del organismo (conducta) ante
acontecimientos (enemigos o alimento) sean polivalentes y flexibles. Son
reacciones que ayudan a encontrar no una única respuesta fija ante un
determinado estímulo (como es un reflejo), sino que bajo la reacción general de
alerta, el individuo escoge la respuesta más adecuada y útil entre todo el
repertorio posible.
No podemos prever cómo vamos a reaccionar si nos intentan atracar, pues,
aunque hayamos tenido ya una experiencia de este tipo, las circunstancias pueden
ser diferentes, lo que nos lleva a reaccionar de forma distinta. Si en un primer
atraco, dimos todo el dinero al atracador, igual ahora nos negamos a ello o incluso
somos capaces de agredir al atracador, salir corriendo o gritar.
De esta manera, las emociones y los sentimientos dotan de más versatilidad a la
conducta, y ello es de más utilidad para la supervivencia del individuo y de la
especie.
3º Las emociones sirven a las funciones de los puntos anteriores alertando al
individuo como un todo ante un estímulo específico. Tal reacción emocional
incluye la activación de múltiples sistemas cerebrales (sistema reticular,
atencional, mecanismos sensoriales, motores, procesos mentales), endocrinos
(activación suprarrenal medular y cortical y otras hormonas), metabólicos
(glucosa y ácidos grasos) y en general, la activación de muchos de los sistemas y
aparatos del organismo (cardiovascular, respiratorio, etc… con el aparato
locomotor y músculo estriado como centro de operaciones).
4º Las emociones mantienen la curiosidad y con ello el interés por el
descubrimiento de lo nuevo. De esta manera ensanchan el marco de seguridad
para la supervivencia del individuo y le llevan a explorar lo desconocido.
5º Las emociones sirven como lenguaje para comunicarse unos individuos con
otros (de la misma especie o de especies diferentes). Es una comunicación rápida
y efectiva. En el ser humano, el lenguaje emocional es también un lenguaje básico
entre los miembros de una misma familia o entre los miembros de una sociedad
determinada. Ello, además, crea lazos emocionales que pueden tener claras
consecuencias de éxito tanto para la supervivencia física como para la social.
6º Las emociones sirven para almacenar y evocar memorias de una manera más
efectiva. A nadie se le escapa que todo acontecimiento asociado a un episodio
emocional, tanto si este tuvo un matiz placentero o de castigo (debido a su
duración o a su significado), permite un mayor y mejor almacenamiento y
evocación de lo sucedido. Y eso tiene claras consecuencias para el éxito biológico
así como para el social del individuo.
7º Las emociones y los sentimientos son unos mecanismos que juegan un papel
importante en el proceso de razonamiento. Los conceptos abstractos creados por
el cerebro, los procesos cognitivos en general, se crean en las áreas de asociación
de la corteza cerebral con información que ya viene impregnada de colorido
emocional, con la etiqueta de bueno o malo.
Se piensa ya con significados emocionales, -gratificantes o dolorosos, alegres o
tristes-, etc… Y de ahí que sobre esa base, la emoción juegue un papel
fundamental en la toma de decisiones conscientes por la persona.
Todo esto nos
lleva a que las emociones son como los pilares básicos sobre los que descansan
casi todas las funciones del cerebro.
Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos
apartan de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la
toma de decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales
resultan de especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e
incompleta o a situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas
exclusivamente a través de razonamientos. De hecho, las emociones parecen
tener la capacidad de modular la actividad del resto de funciones cognitivas
pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la estructuración de los de
procesos cognitivos
Hoy se acumulan evidencias de que nuestras emociones re-esculpen el tejido
neuronal, apoyando la intuición de Ramón y Cajal.
En situaciones de estrés excesivo o miedo intenso, el juicio social y el
desempeño cognitivo sufren mediante la concesión a los procesos neuronales de
la regulación emocional. Algo de estrés es esencial para enfrentar los desafíos,
pero pasado un cierto nivel tiene el efecto opuesto.
En cuanto a las emociones positivas, uno de los impulsos más potentes para
motivar a la gente a aprender es la “iluminación” que viene con el aprendizaje de
nuevos conceptos –el cerebro responde muy bien a esto–. Una meta principal de la
educación temprana debería ser la de asegurar que los niños tengan esta
experiencia de “iluminación” lo antes posible y que se den cuenta de lo placentero
que puede ser el aprendizaje.
Información y contenidos basados en recopilación de Begoña Ibarrola.
María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. doctora en Psicología por la Universidad de Murcia