Normalmente no damos importancia al tiempo que invertimos en hacer las tareas escolares. Esto hace que en ocasiones se dedique todo el tiempo fuera del colegio a la realización de las mismas con el consiguiente desgaste tanto para el alumno como para las familias. Es importante valorar que hay que establecer unos objetivos y planificar el tiempo que vamos a utilizar en conseguirlos.
La planificación del tiempo tiene que ver con el establecimiento de un horario que nos permita conocer qué actividades debemos de llevar a cabo durante el día, pero, ¿somos capaces de cumplir dicho horario? ¿Lo seguimos al pie de la letra? ¿Somos capaces de no distraernos para no perder el tiempo?
Generalmente, nuestros hábitos y costumbres no se igualan con la distribución del horario establecido, de modo que no es nada extraño saber que pasan muchas horas desde que nos levantamos hasta que nos ponemos manos a la obra con los quehaceres. Es más, si llegamos a pensar en la distribución de las horas y las comparamos con la realidad, podríamos llegar a conocer la gran pérdida de tiempo que se origina, puesto que dicho tiempo no se ha invertido en actividades o ejercicios que conlleven beneficios y aptitudes positivas para nosotros.
Por ello, lo ideal sería partir de la idea de que cada minuto es muy valioso y que se debería de hacer todo lo posible para ganar tiempo y aprovecharlo mucho mejor en todos los aspectos, ya sea desde el ocio hasta la implicación necesaria en el rendimiento mínimo para los estudios. Para conocer cuánto tiempo perdemos, es necesario hacer un análisis de manías y costumbres personales que se realizan a diario, ya que la anotación de todo lo que hacemos durante un día nos permitirá conocer a qué situaciones y actividades dedicamos más tiempo y en cuáles perdemos más tiempo.
Una correcta distribución de tiempo nos permite desarrollar capacidades como la constancia y esfuerzo, puesto que nada que consideremos importantes lo podremos conseguir sin ninguna de estas dos capacidades debido a que son las que te permiten actuar con el pleno rendimiento en cualquier ámbito de tu vida. Además, los horarios nos permiten controlar estas dos capacidades, ya sea de manera diaria o semanal pero nunca olvidando que lo importante es no rendirse y sentirse preparado para realizar y llevar a cabo todo lo que nos propongamos.
Os voy a relatar una serie de consejos que os pueden ayudar a planificar el tiempo. Espero que los utilicéis y aprovechéis cada segundo.
1.- El comienzo del estudio no se debe retrasar. Tenéis que poner una hora para empezar y no retrasarla por nada (a no ser que sea una urgencia vital, ya sabéis).
2.- Si has establecido una planificación horaria debes respetarla llevándola a cabo todos los días.
3.- Debes establecer unos objetivos. Es decir, plantéate lo que quieres saber o saber hacer, esos son los objetivos finales. Los exámenes salen bien se he conseguido poco a poco los objetivos planteados varios días antes del mismo.
4.- El tiempo que no tienes nada que hacer, debes aprovecharlo. Si, eso. No sigas perdiendo el tiempo dando vueltas, remoloneando y haciendo cosas inútiles (eso déjalo para las vacaciones). A veces incluso perdemos tiempo de nuestro ocio o momentos de relajación.
4.- Debes valorar los resultados cuando se acabe el tiempo de estudio.
5.- Después de estudiar, date un descanso. Es aconsejable la práctica de actividades agradables.
Como conclusión de todo esto, se puede decir es necesario aprovechar el tiempo que le dedicamos al estudio y sacarle más partido al mismo. Así mismo es necesario que antes de estudiar preparemos bien todos los materiales que vayamos a necesitar, para evitar las distracciones continuas en busca de la goma o el libro. Así mismo es necesario una planificación de los objetivos a conseguir y del tiempo que debemos emplear. Y por supuesto, compaginar con otras actividades necesarias en nuestra vida.
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Maria Dolores Abril Caballero
Pedagoga. Doctora en Psicología por la Universidad de Murcia
"El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. Y el sol, la luna y las estrellas. El fuego y el rayo y el viento están allí. Y todo lo que es y lo que no es."
Los Upanishads (s. IV a C.)
Conozcamos antes, algo de Begoña Ibarrola:
Begoña Ibarrola (Bilbao, 1954) siempre ha estado cuidando de los más pequeños. Primero como terapeuta infantil durante quince años, tras su licenciatura en psicología (UCM,1977), más tarde escribiendo para ellos un extenso catálogo de cuentos en los que les muestra el camino de las emociones como recurso para la vida.. Además de sus cualidades como escritora, Begoña es una consagrada divulgadora y docente en temas como la educación emocional, la neuroeducación, las inteligencias múltiples o la musicoterapia, profesión esta última en la que fue pionera en España.
Os muestro aquí algunas de las ponencias de Ibarrola que más me han gustado y de las que, si escuchamos con atención, nos hacen darnos cuenta de grandes e importantes cuestiones, sobre todo para mejorar como padres o docentes.
Gestionando Emociones, ponencia de Begoña Ibarrola en Gestionando Hijos (Alicante, 2019)
Las emociones son las guardianas del aprendizaje
Comprender y educar las emociones
Emociones y bienestar. Gestión emocional
Educar para sentir
Ponencia en Innovaedum. 2021
En resumen:
Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro
estado de ánimo, influyendo decisivamente en nuestra conducta y en la manera en
cómo nos relacionamos con los demás. Pero ¿Qué son las emociones? ¿Hay que
educar las emociones? ¿Cómo se educan las emociones? Numerosos descubrimientos científicos sobre el procesamiento de las
emociones demuestran la importancia de conocer el mundo emocional para posibilitar al ser humano un nivel adecuado de bienestar tanto físico como
mental.
Ya se sabe que ser inteligente no garantiza el éxito en la vida ni facilita la
felicidad.
Son otras habilidades emocionales y sociales las que nos ayudan a
conseguir estabilidad emocional y mental, satisfacción en nuestras relaciones y
adaptación al entorno.. Esta es una tarea a la que padres y maestros se deben
enfrentar juntos con el fin de desarrollar en sus hijos/alumnos una serie de
habilidades emocionales que les resulten útiles en todos los ámbitos de su vida,
presente y futura y esas habilidades se pueden aprender, por ejemplo, a través de los cuentos
No existen mapas ni guías para recorrer este territorio pero si pistas capaces
de indicarnos por donde transitar y cómo orientar de forma adecuada a nuestros
alumnos.
Si la educación se orienta hacia el desarrollo integral del ser humano, debería
atender de forma equilibrada tanto a su dimensión cognitiva como a su dimensión
emocional. Sin embargo constatamos un cierto déficit en los aspectos
relacionados con la educación de las emociones que se debería abordar en todas
las etapas educativas, comenzando preferentemente en la educación infantil.
Pero el mundo de las emociones es un territorio difícil de explorar si no se
cuenta con materiales adecuados y sobre todo una gran dosis de delicadeza y
respeto, aspectos imprescindibles cuando nos acercamos al mundo interior del
niño.
¿Qué son las emociones? Podemos definir la emoción como una “ reacción que
se vivencia como una fuerte conmoción del estado de ánimo; suele ir
acompañada de expresiones faciales, motoras, etc.. y surge como reacción
a una situación externa concreta, aunque puede provocarla también una
información interna del propio individuo “.
Las emociones son fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro
elementos: cognitivo (Cómo se llama y que significa lo que siento), fisiológico (qué
cambios biológicos experimento), funcional (hacia donde dirige cada emoción mi
conducta) y expresivo (a través de que señales corporales se expresa).
Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado
de ánimo que experimentamos casi sin darnos cuenta. Es una reacción que se
vivencia como una fuerte conmoción y que nos impulsa a actuar de una
determinada manera.
Suelen ir acompañadas de expresiones faciales, motoras, cambios en el tono
de voz y determinadas reacciones fisiológicas. La experiencia emocional implica
también una excitación fisiológica en un grado de intensidad diferente en cada
persona y el estímulo que la provoque.
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Cada vez que sentimos una emoción al torrente sanguíneo le llegan hormonas
diferentes, por esta razón las emociones influyen en nuestro cuerpo y por
consiguiente en nuestro estado de salud.
Las emociones pueden ser provocadas por situaciones externas o
informaciones internas de la propia persona; los estímulos externos son
fácilmente observables pero los internos, no; un recuerdo, por ejemplo, puede
hacer que nos sintamos tristes pero, aunque los demás se den cuenta de lo que
sentimos, no saben por qué fue provocado.
Podemos clasificarlas en positivas o negativas en función de cómo nos hacen
sentir; las emociones positivas nos proporcionan bienestar y seguridad personal,
como es el caso de a alegría, la calma, el amor, y las negativas son aquellas que
nos producen un estado de tensión o negatividad, disgusto o insatisfacción
personal, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, etc.
Las diferencias individuales en la vivencia de las emociones tiene dos
orígenes: la herencia y el medio. La interacción entre ambos elementos es lo que
configura las experiencias emocionales de las personas individuales.
La herencia produce unos esquemas de comportamiento emocional que queda
reflejado en lo que llamamos temperamento. Sin embargo la influencia del
entorno es fundamental, sobre todo en los primeros años de vida y en el ámbito
familiar, lo que va configurando el carácter particular de cada persona. Por eso la
educación emocional proporciona experiencias y vivencias al alumnado que
modelan su tendencia genética y le ofrecen recursos para aprender a conocer y
manejar sus emociones.
Las personas vamos configurando unos esquemas emocionales basados en
parte en nuestras experiencias a lo largo de la vida y en parte en el
temperamento. Estos esquemas constituyen la esencia de las diferencias
individuales, y en ellos se basan los estilos de respuesta emocional que
caracterizan a cada uno de los alumnos.
Esto lo podemos observar todos los días en el aula: lo que a un alumno le
asusta a otro le fascina y le parece un reto interesante; lo que a uno le enfada, a
otro le produce tristeza; la propuesta que a uno le hace protestar, a otro le deja
en la más absoluta apatía.
FUNCIONES DE LAS EMOCIONES
Según Francisco Mora (Mora 2008), las emociones cumplen muchas y variadas
funciones que se podrían resumir en siete apartados:
1º Las emociones sirven para defendernos de estímulos nocivos (enemigos) o
aproximarnos a estímulos placenteros o recompensas (agua, comida, juego, etc..)
que mantengan la supervivencia. En este sentido, las emociones son, además,
motivadoras, es decir, nos mueven o empujan a conseguir lo que es beneficioso
para el individuo y la especie o a evitar lo que es dañino.
2º Las emociones hacen que las respuestas del organismo (conducta) ante
acontecimientos (enemigos o alimento) sean polivalentes y flexibles. Son
reacciones que ayudan a encontrar no una única respuesta fija ante un
determinado estímulo (como es un reflejo), sino que bajo la reacción general de
alerta, el individuo escoge la respuesta más adecuada y útil entre todo el
repertorio posible.
No podemos prever cómo vamos a reaccionar si nos intentan atracar, pues,
aunque hayamos tenido ya una experiencia de este tipo, las circunstancias pueden
ser diferentes, lo que nos lleva a reaccionar de forma distinta. Si en un primer
atraco, dimos todo el dinero al atracador, igual ahora nos negamos a ello o incluso
somos capaces de agredir al atracador, salir corriendo o gritar.
De esta manera, las emociones y los sentimientos dotan de más versatilidad a la
conducta, y ello es de más utilidad para la supervivencia del individuo y de la
especie.
3º Las emociones sirven a las funciones de los puntos anteriores alertando al
individuo como un todo ante un estímulo específico. Tal reacción emocional
incluye la activación de múltiples sistemas cerebrales (sistema reticular,
atencional, mecanismos sensoriales, motores, procesos mentales), endocrinos
(activación suprarrenal medular y cortical y otras hormonas), metabólicos
(glucosa y ácidos grasos) y en general, la activación de muchos de los sistemas y
aparatos del organismo (cardiovascular, respiratorio, etc… con el aparato
locomotor y músculo estriado como centro de operaciones).
4º Las emociones mantienen la curiosidad y con ello el interés por el
descubrimiento de lo nuevo. De esta manera ensanchan el marco de seguridad
para la supervivencia del individuo y le llevan a explorar lo desconocido.
5º Las emociones sirven como lenguaje para comunicarse unos individuos con
otros (de la misma especie o de especies diferentes). Es una comunicación rápida
y efectiva. En el ser humano, el lenguaje emocional es también un lenguaje básico
entre los miembros de una misma familia o entre los miembros de una sociedad
determinada. Ello, además, crea lazos emocionales que pueden tener claras
consecuencias de éxito tanto para la supervivencia física como para la social.
6º Las emociones sirven para almacenar y evocar memorias de una manera más
efectiva. A nadie se le escapa que todo acontecimiento asociado a un episodio
emocional, tanto si este tuvo un matiz placentero o de castigo (debido a su
duración o a su significado), permite un mayor y mejor almacenamiento y
evocación de lo sucedido. Y eso tiene claras consecuencias para el éxito biológico
así como para el social del individuo.
7º Las emociones y los sentimientos son unos mecanismos que juegan un papel
importante en el proceso de razonamiento. Los conceptos abstractos creados por
el cerebro, los procesos cognitivos en general, se crean en las áreas de asociación
de la corteza cerebral con información que ya viene impregnada de colorido
emocional, con la etiqueta de bueno o malo.
Se piensa ya con significados emocionales, -gratificantes o dolorosos, alegres o
tristes-, etc… Y de ahí que sobre esa base, la emoción juegue un papel
fundamental en la toma de decisiones conscientes por la persona.
Todo esto nos
lleva a que las emociones son como los pilares básicos sobre los que descansan
casi todas las funciones del cerebro.
Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos
apartan de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la
toma de decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales
resultan de especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e
incompleta o a situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas
exclusivamente a través de razonamientos. De hecho, las emociones parecen
tener la capacidad de modular la actividad del resto de funciones cognitivas
pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la estructuración de los de
procesos cognitivos
Hoy se acumulan evidencias de que nuestras emociones re-esculpen el tejido
neuronal, apoyando la intuición de Ramón y Cajal.
En situaciones de estrés excesivo o miedo intenso, el juicio social y el
desempeño cognitivo sufren mediante la concesión a los procesos neuronales de
la regulación emocional. Algo de estrés es esencial para enfrentar los desafíos,
pero pasado un cierto nivel tiene el efecto opuesto.
En cuanto a las emociones positivas, uno de los impulsos más potentes para
motivar a la gente a aprender es la “iluminación” que viene con el aprendizaje de
nuevos conceptos –el cerebro responde muy bien a esto–. Una meta principal de la
educación temprana debería ser la de asegurar que los niños tengan esta
experiencia de “iluminación” lo antes posible y que se den cuenta de lo placentero
que puede ser el aprendizaje.
Información y contenidos basados en recopilación de Begoña Ibarrola.
María Dolores Abril Caballero
Pedagoga. doctora en Psicología por la Universidad de Murcia
Un adverbio es una parte de la oración que complementa a un verbo, un adjetivo, otros adverbios e incluso oraciones. Los adverbios expresan circunstancias, como pueden ser modo, lugar, tiempo, cantidad, afirmación, duda, etc., respondiendo a preguntas como ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿de qué manera?, entre otras.
Este video te puede ayudar a entender qué es el adverbio:
El origen de la actual Unión Europea se sitúa el 9 de mayo de 1950. Ese día, Robert Schumann (Ministro francés de Asuntos Exteriores) hizo pública una Declaración dirigida a Alemania en la que propuso poner el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y acero bajo una alta autoridad común, creando al mismo tiempo una organización abierta a la participación de los demás países de Europa.
Con esta Declaración, Francia proponía públicamente a Alemania dejar atrás sus tradicionales diferencias, con el fin de establecer unas bases comunes de desarrollo económico. Nació así la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), cuyo tratado constitutivo, el Tratado de París, fue firmado el 18 de abril de 1951 y entró en vigor el 25 de julio de 1952 para sus seis países firmantes: Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo (el Tratado fue firmado para un periodo de 50 años, por lo que expiró en julio de 2002).
En su voluntad de seguir adelante en la construcción europea, los seis países signatarios de la CECA firmaron seis años más tarde (el 25 de marzo de 1957) los Tratados de Roma que instituyen la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA).
El Tratado de la CEE proponía establecer un mercado común que garantizara la libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales, y aproximar progresivamente las políticas económicas de los Estados miembros (en particular las políticas agrícolas, de transporte y comercio, y las reglas de la competencia y de la transparencia de precios). Para conseguir los objetivos marcados, los Tratados de París y de Roma establecieron las bases de una arquitectura comunitaria. Creandose:
• La Comisión, encargada de velar por la correcta aplicación de los Tratados.
• El Consejo de Ministros, sobre el que descansa el poder decisorio.
• El Parlamento Europeo, representante de todos los ciudadanos.
• El Tribunal de Justicia, cuya misión es la de asegurar el control jurisdiccional.
A estas instituciones se les unió, en 1975, el Tribunal de Cuentas (creado por el Tratado de 22 de julio de 1975), con la misión de efectuar un control externo del presupuesto comunitario, examinando para ello el equilibrio entre ingresos y gastos. Los positivos efectos que la creación de las Comunidades Europeas tuvo para la economía de los Estados miembros, llevaron a otros países europeos a solicitar la adhesión. Así, las Comunidades Europeas se fueron ampliando, sucesivamente, al Reino Unido, Irlanda y Dinamarca (en 1973), a Grecia (en 1981), a España y Portugal (en 1986), a Austria, Suecia y Finlandia (en 1995), a Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Malta y Chipre (en 2004), a Rumanía y Bulgaria (en 2007) y por último a Croacia (en 2013).
La Unión Europea actual también identifica un grupo de países candidatos, aún sin fecha prevista de adhesión, que son: Antigua República Yugoslava de Macedonia, Islandia, Montenegro, Serbia y Turquía. Además incluye como candidatos potenciales a Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Albania.
Seis años más tarde, en 1992 se produjo la más importante reforma de los Tratados fundacionales con la firma en Maastricht del Tratado de la Unión Europea. Este Tratado modificó ampliamente los Tratados constitutivos de las Comunidades Europeas, e introdujo cuatro nuevos objetivos:- Asegurar el progreso económico y social equilibrado y sostenible, para lo que se estableció una Unión Económica y Monetaria. - Reforzar la protección de los derechos e intereses de los nacionales de cada Estado miembro, mediante la creación de una “ ciudadanía de la Unión”. Esta nueva ciudadanía no se presenta como sustituta, sino como complementaria de la nacionalidad. - Realizar una política exterior y de seguridad común, y una política exterior de seguridad y defensa. - Aumentar la cooperación policial y judicial, con el fin de lograr la plena y segura libertad de circulación de las personas dentro del territorio de la Unión.
La novedad más importante del Tratado, fue la creación de una “Unión Europea” entre los Estados miembros. Esta Unión fue formada sobre las tres Comunidades Europeas, a las que se les añadieron dos nuevos ámbitos: las cooperaciones en Política Exterior y de Seguridad común, y en los Asuntos de Justicia e Interior.
Por otro lado, se reforzó la política de cohesión económica y social al crearse como instrumento el Fondo de Cohesión, del que se benefician los Estados miembros con menor renta comunitaria, y que se destina a financiar principalmente las infraestructuras de transporte y las acciones de medio ambiente.
En 1997 se firmó un nuevo Tratado en la ciudad de Ámsterdam. El Tratado incluyó algunas reformas positivas, especialmente en lo que respecta al Parlamento Europeo (al que reforzó, aumentando sus competencias), pero en general, fue insuficiente e ineficaz en sus modificaciones. Faltaron los acuerdos en temas de gran importancia (como por ejemplo en lo relativo a la futura composición de la Comisión, la ponderación de votos en el Consejo, o a la fusión y reestructuración de los Tratados en un único texto jurídico), y las novedades que incorporaba resultaron, en ocasiones, directamente inviables (como en el caso de las “cooperaciones reforzadas”, difíciles de aplicar ante la cantidad de requisitos que se exigían). El propio Tratado de Ámsterdam, consciente de sus limitaciones, se encargaba de anunciar nuevas reformas antes de la siguiente ampliación de la Unión Europea.
El Consejo Europeo de Colonia del 3 y 4 de junio de 1999 decidió iniciar la redacción de una Carta de Derechos Fundamentales para reunir todos aquellos derechos fundamentales en vigor en la Unión en un único texto y darles así mayor relevancia. Esta Carta se basa en los Tratados comunitarios, los convenios internacionales (incluidos el Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950 y la Carta Social Europea de 1989), las tradiciones constitucionales comunes de los Estados miembros y distintas declaraciones del Parlamento Europeo.
El 26 de febrero de 2001 se adoptó el Tratado de Niza. El Tratado entró en vigor el 1 de febrero de 2003 tras la ratificación por los entonces quince Estados miembros de la Unión Europea. Su principal objetivo era preparar a la Unión Europea para la inminente ampliación. Todas estas cuestiones han sido jurídicamente establecidas en el Tratado de Adhesión de los diez nuevos Estados miembros, suscrito en Atenas el 16 de abril de 2003, que modifica los Tratados de la Unión Europea y de la Comunidad Europea.
Como resultado final de la Unión económica y monetaria, el 1 de enero de 2002 se introdujo en casi todos los países que entonces formaban la Unión Europea, una moneda única: el euro.
El 13 de diciembre de 2007 se firma el Tratado de Lisboa, ofreciendo una solución al debate constitucional e institucional, y el mismo entra en vigor el 1 de diciembre de 2009. La Unión Europea define la finalidad del Tratado principalmente sobre los siguientes puntos: - Aumento de las competencias del Parlamento Europeo. - Cambio de los procedimientos de voto en el Consejo. - Iniciativa ciudadana. - Carácter permanente del puesto de Presidente del Consejo Europeo. - Nuevo puesto de Alto Representante para Asuntos Exteriores. - Renovación del servicio diplomático de la Unión Europea.
En 2013 Croacia se convierte en el 28º miembro de la UE.
En 2014 se celebran las elecciones europeas y los euroescépticos ganan escaños en el Parlamento Europeo. Se establece una nueva política de seguridad a raíz de la anexión de Crimea a Rusia. Aumenta el extremismo religioso en Oriente Próximo y en diversos países y regiones de todo el mundo, dando lugar a revueltas y guerras que llevan a muchas personas a huir de sus hogares y buscar refugio en Europa. La UE no solo se enfrenta al dilema de cómo atenderlos, sino que también es objetivo de varios ataques terroristas. En diciembre de 2015, como el cambio climático sigue teniendo un lugar destacado en la agenda de la UE, los dirigentes acuerdan reducir las emisiones nocivas en la Conferencia sobre el Cambio Climático de París, donde se ponen de acuerdo 195 países para limitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 2 °C.
Una fecha clave reciente es el 23 de junio de 2016, cuando se celebró en Reino Unido un Referéndum sobre la permanencia o no del país en la Unión Europea, fenómeno que se ha denominado “Brexit”. Por primera vez en la historia de las comunidades europeas, un país solicitó su salida acogiéndose al artículo 50 del Tratado de Lisboa. El 29 de marzo de 2017, siendo Jefa de Gobierno Theresa May, la Unión Europea recibió una carta que activó el proceso de salida del Reino Unido. La desconexión deberá hacerse efectiva, según los planes previstos, el 29 de marzo de 2019. El país deberá negociar un nuevo acuerdo con la UE y transponer el derecho comunitario a su legislación. Esta desconexión ha ido demorandose. Parece que el 2021, será finalmente el año en el que el Reino Unido saldrá de la Unión Europea.
Mapa politico. Paises que integran la Unión Europea
Estos videos te ayudarán a entender mejor la historia de la Unión Europea.
La Unión Europea es como un club
Tratados de la Unión Europea
Objetivos de la Unión Europea. Muy interesante la información que aparece. Igual como estudiante te es muy útil.
En el pasado cada país y, en algunos casos, cada región seguían unidades de medidas diferentes.
Esta diversidad dificultó las relaciones comerciales entre los pueblos.
Para acabar con esas dificultades, en 1792, la Academia de Ciencias de París propuso el Sistema Métrico Decimal.
Progresivamente fue adoptado por todos los países, a excepción de los de habla inglesa, que se rigen por el Sistema Inglés o sistema Imperial Británico.
En España su empleo es oficial desde 1849, aunque sobre todo en el ámbito agrario ha coexistido con las medidas tradicionales.
El Sistema Métrico Decimal es un sistema de unidades en el cual los múltiplos y submúltiplos de una unidad de medida están relacionadas entre sí por múltiplos o submúltiplos de 10. El Sistema Métrico Decimal lo utilizamos en la medida de las siguientes magnitudes:
Longitud Masa Capacidad Superficie Volumen
Las unidades de tiempo no son del Sistema Métrico Decimal, ya que están relacionadas entre sí por múltiplos o submúltiplos de 60. El tiempo es una magnitud del sistema Sexagesimal.
Unidades de longitud
La unidad principal para medir longitudes es el metro. Existen otras unidades para medir cantidades mayores y menores, las más usuales son:
kilómetro km = m hectómetro hm = m decámetro dam = m metro m 0 m decímetro dm = m centímetro cm = m milímetro mm = m
Observamos que desde los submúltiplos, en la parte inferior, hasta los múltiplos, en la parte superior, cada unidad vale 10 veces más que la anterior.
Por lo tanto, el problema de convertir unas unidades en otras se reduce a multiplicar o dividir por la unidad seguida de tantos ceros como lugares haya entre ellas.
Unidades de masa
La unidad principal para medir la masa es el gramo.
Existen otras unidades para medir cantidades mayores y menores, las más usuales son:
kilogramo kg = g hectogramo hg = g decagramo dag = g gramo g = g decigramo dg = g centigramo cg = g miligramo mg = g
Otras unidades de masa
Tonelada métrica
t kg
Quintal métrico
q kg
Unidades de capacidad
La unidad principal para medir capacidades es el litro.
kilolitro kl = l hectolitro hl = l decalitro dal = l litro l = l decilitro dl = l centilitro cl = l mililitro ml = l
Unidades de superficie
La unidad fundamental para medir superficies es el metro cuadrado, que es la superficie de un cuadrado que tiene 1 metro de lado.